¿Te cuesta mucho tomar decisiones? Algunas técnicas para evitar hacerlo sin estrés
Con el inicio del curso escolar y el cambio de estación, es común que nos enfrentemos a una serie de decisiones relacionadas con cómo queremos enfocar el nuevo año, las actividades que deseamos practicar, entre otras. Sin embargo, a menudo este proceso puede convertirse en una fuente de ansiedad y estrés, especialmente cuando nos auto imponemos altas expectativas o nos vemos enfrentados a múltiples opciones.
Cuando no se cuenta con un equilibrio personal adecuado y se tiene baja tolerancia a la frustración, vivir constantemente con este estrés durante la toma de decisiones puede tener consecuencias negativas en nuestro bienestar. Las personas pueden experimentar síntomas físicos como palpitaciones, fatiga o insomnio. Además, a nivel psicológico, esto puede traducirse en procrastinación, evitación de decisiones, falta de autonomía y una disminución de la autoestima.
Antes de abordar técnicas específicas, es importante señalar que tomar decisiones forma parte de nuestra conducta adaptativa y, en sí mismo no es un problema. Ahora bien, el estrés afecta de manera importante la toma de decisiones. Cuando nos enfrentamos desde el estrés a nuestros retos diarios, nuestra capacidad para pensar de manera lógica y racional puede verse comprometida. Bajo estrés, nuestro cerebro tiende a recurrir a mecanismos básicos de supervivencia, priorizando respuestas rápidas de "lucha o huida" en lugar de reflexiones pausadas y consideradas.
Tomar decisiones bajo estrés puede tener varias consecuencias, tanto inmediatas como a largo plazo.
Las consecuencias más comunes:
- Decisiones impulsivas: Pueden llevar a resultados no deseados a largo plazo.
- Evitación: En lugar de enfrentar una decisión, la evitamos, lo que a menudo complica más las cosas.
- Procrastinación: Posponemos decisiones importantes, lo que puede aumentar la ansiedad y el estrés con el tiempo.
- Falta de autonomía: Bajo estrés, es posible que busquemos constantemente validación o aprobación externa para nuestras decisiones, lo que puede llevar a una falta de confianza en nosotros mismos.
- Errores de juicio: El estrés puede afectar nuestra percepción y juicio, lo que puede llevar a malinterpretar la información o a pasar por alto detalles cruciales.
- Sesgo de confirmación: Las personas estresadas pueden buscar y considerar solo la información que confirma su punto de vista preexistente y descartar la información que lo contradice.
- Deterioro de las relaciones: Las decisiones impulsivas o mal consideradas pueden dañar las relaciones personales o profesionales si afectan o perjudican a otros.
- Decisiones cortoplacistas: Bajo estrés, la tendencia es a priorizar soluciones a corto plazo en lugar de considerar el panorama general y las consecuencias a largo plazo.
Es fundamental reconocer que todos, en algún momento, enfrentaremos situaciones que nos causarán estrés. Aprender a gestionar y reducir ese estrés, y estar conscientes de cómo puede afectar nuestro proceso de toma de decisiones, es esencial para tomar decisiones más informadas y racionales. Es útil practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda, la relajación o la visualización, para estar mejor preparados para enfrentar situaciones de alta presión.
A continuación, proponemos las siguientes técnicas para la toma de decisiones sin estrés:
Meditación: La meditación nos enseña a estar presentes y a observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos. Al practicar regularmente, podemos aprender a responder en lugar de reaccionar a situaciones estresantes, lo que es esencial en la toma de decisiones. Dedicar unos minutos al día a esta práctica puede mejorar nuestra claridad mental y reducir el estrés.
Método de puntuación: Al enfrentar varias opciones, dales una puntuación según la prioridad que tienen y el beneficio que ofrecen. Al final, suma las puntuaciones y elige la opción con la puntuación más alta. Esta técnica objetiva puede ayudarte a ver más claramente qué opción tiene más mérito.
El Enfoque de "peor escenario": Pregúntate: ¿Cuál es el peor resultado posible si tomo esta decisión? Imagina vivir ese escenario. Si sientes que podrías manejarlo o superarlo, entonces el riesgo asociado con esa decisión puede ser aceptable.
Busca consejo, pero no dependencia: Aunque buscar el consejo de amigos, familiares puede ser valioso, es vital recordar que la decisión final recae en ti. Utiliza sus opiniones como una guía, no como un dictado.
La importancia del autocuidado: Reducir el estrés general también puede mejorar tu capacidad para tomar decisiones. Asegurarse de dormir lo suficiente, comer bien, hacer ejercicio y dedicar tiempo a actividades que disfrutas son formas fundamentales de autocuidado que pueden mejorar tu bienestar general y tu capacidad para enfrentar decisiones sin sentirte abrumado.
La Técnica 10-10-10: Ideada por Suzy Welch, esta técnica consiste en hacerse tres preguntas fundamentales al momento de tomar una decisión:
- ¿Cómo me sentiré respecto a esta decisión en 10 minutos?
- ¿Y en 10 meses?
- ¿Y en 10 años?
El objetivo es ayudarte a clarificar las consecuencias a corto, medio y largo plazo de tu decisión, permitiéndote evaluar la situación desde diferentes perspectivas temporales. Esta técnica es especialmente útil para diferenciar entre las decisiones que tienen un impacto inmediato pero efímero, y aquellas que pueden influir significativamente en tu futuro.
La visualización guiada: Esta técnica implica cerrar los ojos y visualizarte a ti mismo después de haber tomado una decisión. Imagina los detalles más pequeños, como dónde te encuentras, qué estás haciendo, cómo te sientes, etc. Esta “vivencia” te permite experimentar las consecuencias de tu decisión de una manera segura y analizar tus emociones y pensamientos asociados.
La hoja de decisiones: Se trata de dividir una hoja de papel en dos columnas. En una columna, anota los pros de tomar una determinada decisión, y en la otra, los contras. Esto no solo te permite ver claramente los beneficios y desventajas, sino que al escribirlos, estás llevando a cabo un ejercicio de reflexión que puede ayudarte a identificar y priorizar tus valores y objetivos. En conclusión, la toma de decisiones es un proceso natural que puede ser abrumador debido a las múltiples variables involucradas. Sin embargo, con las herramientas adecuadas y una mentalidad orientada hacia la solución, podemos simplificar este proceso y reducir el estrés asociado.
La toma de decisiones puede ser una tarea desafiante, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre…
Sin embargo, armados con las técnicas adecuadas y una comprensión de cómo el estrés afecta a nuestra capacidad para decidir, podemos tomar decisiones más informadas y menos emocionales. Recordar que cada decisión, ya sea grande o pequeña, es una oportunidad de aprendizaje. Aunque no siempre tomaremos la decisión "perfecta", podemos aprender de cada experiencia y mejorar nuestra capacidad para enfrentar desafíos similares en el futuro.
Es fundamental reconocer que todos, en algún momento, enfrentaremos situaciones que nos causarán estrés. Aprender a gestionar y reducir ese estrés, y estar conscientes de cómo puede afectar nuestro proceso de toma de decisiones, es esencial para tomar decisiones más informadas y racionales. Es útil practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda, la relajación o la visualización, para estar mejor preparados para enfrentar situaciones de alta presión. Y, recuerda, si te ves sobrepasado por la situación, cuanto antes solicites los servicios profesionales de un psicólogo, antes podrás manejar positivamente las situaciones.
Esperamos que estas técnicas te sean de utilidad y te animamos a practicarlas la próxima vez que te encuentres en un cruce de decisiones. Recuerda, cada decisión es una oportunidad para aprender y crecer.
Puedes contar con un psicólogo online en Therapyside para seguir profundizando en tus emociones, priorizarte y cuidar tu bienestar psicológico. Si este artículo te ha ayudado a comprender mejor este tema, ¡esperamos que te sientas más empoderado para vivir una vida sin limitaciones!
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