Cómo sobrellevar el divorcio de los padres en celebraciones
Si hay algo más difícil que ver a tus progenitores divorciarse, son los momentos que lo preceden y los momentos que lo siguen. Antes de ello, suele haber gritos que no acaban, lágrimas y la expectativa que se acaba cumpliendo: la ruptura de la unidad familiar.
Pero, como es de imaginar, los conflictos no terminan ahí. Llega la Navidad, tu cumpleaños y otras fechas en las que se celebran reuniones familiares, que ahora están segmentadas. Y, puesto que ya sabes quién eres y piensas con independencia, sientes que hay responsabilidades afectivas que pesan sobre tu cabeza.
Y todo ello acompañado de un ruido mental en forma de culpabilidad, sentimiento de injusticia y reminiscencias de aquella época en la cualquier cosa era motivo de tensión en casa. ¿Cómo sobrevivir a todo esto? ¿Es posible que tu cumpleaños vuelva a ser una fecha que celebrar sin complicaciones? Sí, es posible, aunque lleve tiempo. Aquí encontrarás algunas ideas para lograrlo de forma eficaz y madura.
Vivir el divorcio de los padres sin ser un niño
Ya tienes una edad en la que formas tus propias opiniones, eliges lo que te gusta y ya sabes que tus padres son humanos como tú, con sentimientos y debilidades. Aun así, tu hogar ha sido testigo de momentos en los que la madurez parecía brillar por su ausencia, incluso aunque después se hayan resuelto con calma e inteligencia emocional.
Todo ello no quita que hayas tenido sentimientos encontrados y desagradables. O, peor aún, que estos se hayan enquistado y te dejen cicatrices. Es muy importante que hagas un ejercicio de reflexión e identifiques aquellos sentimientos y emociones que te están haciendo daño:
- Culpabilidad: es probable que alguna vez tu padre o tu madre hayan iniciado una discusión a partir de algo relacionado contigo. Obviamente, no era tu intención, pero ha ocurrido y te preguntas si deberías dejar de hablar hasta que pase la tormenta.
- Confusión: no sabes cómo actuar. Observando el conflicto desde fuera, es posible que te fijes en detalles que podrían solucionarse con sencillez. ¿Para qué gritarse pudiendo solucionarlo de manera sencilla?
- Tristeza: no sabes por qué te ha tocado vivir esto. Y, lo que es peor, cuando parece que va a terminar, vuelve a empezar. Muchos días no sabes dónde meterte para huir del malestar.
- Soledad: las personas que te han criado ahora parecen absortas en el conflicto y en sí mismas. Sientes una barrera invisible que os separa, incluso cuando no hay peleas en curso.
- Rabia: otra de las emociones más comprensibles. Cuando la tensión en el ambiente se puede cortar con un cuchillo y ya has llorado lo suficiente, lo único que te queda es revolverte contra aquello que te hace daño.
¿Es esto familiar para ti? Es normal que esas emociones y sentimientos negativos perduren después del proceso de divorcio en sí, pues la ruptura de la convivencia no implica la ruptura de la relación y responsabilidad de padres. No obstante, llega un momento en el que tienes que comenzar a trabajar tus propios sentimientos y relaciones, y ese momento llega cuando adquieres un papel principal en el asunto.
¿Con quién celebrar las navidades? ¿Serán capaces tus padres de entenderse si merendáis juntos en tu cumpleaños? A continuación tienes una serie de consejos que te serán útiles en estas fechas.
Cómo sobrellevar el divorcio de los padres en fechas señaladas
Algunas personas viven verdaderos calvarios en fechas importantes, sobre todo en las primeras que vienen tras el divorcio. Ven a sus padres con gran malestar, comportándose de manera diferente a como siempre lo han hecho, y cada decisión se toma con dudas constantes sobre a quién se podría ofender o entristecer.
En estos momentos es normal que sientas la carga de la responsabilidad encima. Sobre todo, no quieres contribuir a que el conflicto escale o a que tus progenitores sientan que eliges entre ellos. Sin embargo, elegir y decidir sobre qué quieres hacer en fechas como la Navidad o las vacaciones no debe ser motivo de culpabilidad, hay ciertas claves que pueden ayudarte a sobrellevarlo.
1. Recuerda que no eres culpable
Seguro que esta frase la has oído varias veces. Sin embargo, en tu memoria quedan los momentos en los que tu nombre aparecía entre los gritos o en los que tus padres discutían acerca de tu comportamiento, por lo que a veces no estás tan seguro.
En ese caso, escúchalo una vez más y repítetelo: no es tu culpa. Cuando dos o más personas se enamoran y deciden criar a alguien, no lo hacen pensando en separarse algún día. Antes de tener hijos se deben tener el compromiso y la convicción de que el amor que se les profesa va a ser incondicional. Ese amor incondicional no protege frente a la adversidad ni frente al conflicto, pero sí dota de las fuerzas necesarias para tratar de superar todos los obstáculos necesarios para garantizar la felicidad en la familia.
Por tanto, las únicas razones que existen para el divorcio de la pareja están dentro de la pareja. Es cierto que no puedes pulsar un interruptor y dejar de sentirte culpable, pero trabaja en esa idea cada vez que te asalte y acabarás por verle sentido.
2. Vive la experiencia a tu manera
Ninguna persona puede entrar en tu cabeza, al igual que tú no tienes acceso a la de los demás. Nadie, ni siquiera tus hermanos, vive las situaciones igual que tú, por la simple razón de que cada uno tenemos unas vivencias propias. Dentro del duelo que estáis viviendo en la familia aparecerán diferentes emociones como la rabia, la culpabilidad o la tristeza, todas ellas únicas y configuradas de acuerdo al procesamiento que cada persona hace de la situación.
Por esta misma razón, recuerda que nadie puede exigirte que te sientas de una determinada forma, es decir, no hay una manera “normal” de llevar el divorcio de tus padres. Asimismo, recuerda no juzgar tú a los demás, pues todo el mundo necesita procesar sus emociones con sus propios tiempos.
3. No te responsabilices de tus padres
Seguramente en algún momento te has sentido con poder para resolver alguna situación problemática en tu familia e incluso lo has logrado. Sin embargo, no eres tú quien debe soportar el peso de la conciliación. No es tu tarea mediar en discusiones, ocuparte de todas las tareas de la casa o dar apoyo emocional constante a tus familiares.
No confundas tener educación y empatía con cuidar de tus adultos responsables. Tienes necesidades emocionales que ellos deben cubrir.
4. No invalides tus emociones
Es posible que te falten recursos para afrontar el divorcio de tus padres en fechas señaladas y también es posible que hayas tenido conflictos con ellos derivados de la situación. A todo esto hay que darle una solución, pero nunca invalidar lo que sientes. Estás atravesando un momento difícil.
Por eso, si alguien cuestiona tus sentimientos a la hora de expresar una decisión (por ejemplo, que quieres celebrar tu cumpleaños dos veces, uno con cada padre), expresa claramente que nadie puede pedirte que modifiques tus sentimientos.
5. Exprésate con claridad
La anticipación de todos los problemas que pueden aparecer en una fecha importante tras un divorcio tiene un nombre: ansiedad. Este sentimiento, además de ser desagradable, te va a hacer tomar decisiones basadas en el miedo y no en lo que realmente quieres y sientes como justo.
¿Prefieres pasar la Nochevieja con la familia de tu madre? Dilo. Pero no te quedes ahí: expresa por qué quieres hacerlo así y expón los miedos que te genera. Muchas veces, la tensión del momento impide a las personas pararse a analizar lo que sienten, y que tú tomes la iniciativa de abrirte ayudará a los demás a mirar hacia dentro y alcanzar un entendimiento mutuo.
6. Busca soluciones a vuestra medida
Celebrar un cumpleaños tres veces no tiene por qué ser algo malo o, incluso, instaurar alguna celebración familiar fuera de las convencionales. Si crees que es imposible reconciliar fechas con tus seres queridos sin sentirte mal, estás en tu derecho de expresarlo y pedir que colaboren para encontrar un plan que favorezca a todos.
Lo importante es que transmitas que te importan sus sentimientos, al igual que su bienestar, y que también te importan los tuyos propios. Por eso, a veces es mejor inventarse una festividad o festejar de otra manera, pues se trata de disfrutar del tiempo juntos y crear buenos recuerdos.
7. Acude a un psicólogo
Por suerte, acudir a un profesional de la psicología cada vez es más fácil. Además de tener un apoyo terapéutico durante el proceso de divorcio, en los tiempos posteriores ayudará a toda la familia a desarrollar recursos emocionales que permitan que todo los miembros gestionéis la situación de la mejor manera posible.
Si crees que no puedes con la situación no recorras el camino en solitario, pues nadie nace sabiendo afrontar estos cambios. Expresa a tu familia que necesitas ayuda.
En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.
Y, para terminar, recuerda esto: todo pasa. Quizá ahora te parezca que las vacaciones se han vuelto un suplicio o que jamás volverás a tener un cumpleaños feliz, pero no es cierto. Algún día mirarás atrás y, a pesar de sentir que has vivido una etapa difícil, sabrás que has crecido como persona.
Referencias:
Laumann-Billings, L. &. Emery, R.E. (2000). Distress among young adults from divorced families. Journal of Family Psychology, 14, 671-687
Morales, I. J. G., Muñoz, C. M., & Sánchez, C. Q. (2022). Reflexiones sobre la perspectiva de género en el proceso legal de custodia y cuidado personal de niños, niñas y adolescentes. Dictamen Libre, (30).
Blanco Nina, V. H. (2022). Implementación de terapias psicológicas para hijos y padres separados, como consecuencia del divorcio.