Luchar contra los estándares de perfección: ¿es posible?
¿Alguna vez te has sentido culpable o triste, incluso con ansiedad, después de revisar tus redes sociales? Esto no es casual, la psicología ha encontrado que, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, se promueven ciertos estándares de perfección que, por ser inalcanzables, empujan al público a un perfeccionismo insano y a patrones de conducta patológicos, e incluso a trastornos psicológicos.
De hecho, la aparición de trastornos de ansiedad, depresivos y de la conducta alimentaria y adicciones está directamente relacionada con la percepción de la exigencia externa. Así lo confirma un estudio publicado en 2019 por la American Psychology Association (APA), donde se afirma que las generaciones nacidas desde 1989 sienten que la sociedad les demanda más, y ellas mismas son más demandantes con los demás y también consigo mismas.
Estas demandas se sustentan, muchas veces, en los estándares sociales, que nos llevan a pensar en reconocimiento social, éxito y aceptación con su cumplimiento. No obstante, ¿es posible lograrlos como individuos? ¿Cómo afectan a nuestro bienestar emocional, a nuestras decisiones y a nuestra percepción de la normalidad? Aquí, ahondaremos en los resultados que ha arrojado la psicología social sobre este tema.
Tipos de estándares sociales
Los seres humanos somos animales gregarios, tenemos la necesidad de agruparnos y pertenecer a grupos sociales, y estas interacciones moldean nuestro comportamiento. Por tanto, tendemos a adoptar creencias, costumbres, ideas y actitudes del entorno cultural que nos rodea. A partir de ellos, se establecen una serie de normas sociales que determinan qué está bien y qué mal, qué es deseable y qué no, y qué recompensas y castigos se establecen para su cumplimiento. A nivel individual, la psicología ha encontrado los siguientes cánones de perfección:
- Cánones de belleza: desde finales del siglo XX se consideran bellos los cuerpos atléticos y delgados. En el caso de los hombres se exige ser musculoso, alto, fuerte y con pelo. A las mujeres se les exige un cuerpo delgado, atlético, con pechos grandes y vientre plano.
- Estándares laborales: en este ámbito se establece tener un puesto de trabajo con un gran sueldo y con responsabilidad para tener éxito laboral. Además, algunas profesiones también tienen más prestigio social que otras, como ser policía o médico.
- Estándares familiares: el modelo de familia prototípico en la actualidad describe que está formada por una pareja heterosexual y cisgénero y sus hijos, normalmente más de uno.
- Modelo de pareja: una pareja perfecta sería aquella formada por dos personas en una relación monógama y con vistas a largo plazo de formalizar el estándar familiar descrito en el punto anterior. Además, se premia con mayor reconocimiento el tener pareja que permanecer sin ella.
Las personas construyen su identidad en torno a estas normas y, a su vez, las promueven con su comportamiento. Sin embargo, cuando estas se aplican de manera poco saludable y con demasiada exigencia, el bienestar emocional de aquellos que no pueden adaptarse se resiente.
Cómo nos influyen los estándares de perfección
Las normas sociales, así como los estándares mencionados antes, basan el éxito de su cumplimiento en un fenómeno psicológico llamado ‘deseabilidad social’. La teoría que define este término, formulada por Crowne y Marlowe en 1964, explica que las personas tienen la necesidad de sentirse aceptadas y validadas por los demás. Si bien cada individuo tiene un grado variable de esta necesidad, todos nos vemos afectados por ella en mayor o menor medida .
Según esta teoría, ser perfecto bajo estos criterios llevaría al reconocimiento social. El logro de esto estándares se ejecutaría a través de acciones concretas (como hacer ejercicio y tomar tratamientos de belleza, por ejemplo), basándose en modelos representativos (influencers en redes sociales y modelos) y se premiaría con ciertas ventajas (mayor acceso a trabajos bien remunerados o más parejas entre las que elegir). Por tanto, junto a estos cánones aparecen también guías para cumplirlos.
Estas directrices conductuales afectan al individuo de la siguiente manera:
- Toma de decisiones: elegir un alimento frente a otro, estudiar para tener una profesión mejor remunerada que otra, comprarse una casa o alquilarla, todo ello está condicionado, en parte, por las metas que nos establecen los estándares de perfección.
- Gustos estéticos: dentro de la variabilidad individual, la mayoría de los individuos de un grupo social se sienten atraídos por estéticas similares dictadas por estos cánones sociales.
- Valores morales: de la sociedad se absorbe que todo aquello que se aleja de la normatividad es malo o inmoral. Así, por ejemplo, un cuerpo con un peso superior al estándar de belleza podrá ser señalado como feo, pero también como poco sano o poco funcional. No adelgazar, por tanto, sería vista como una afrenta contra uno mismo que se percibe socialmente como una conducta de descuido y desvalorización propia.
- Autoimagen y autoestima: cómo la persona se ve a sí misma y cómo se valora estará muy relacionado con el cumplimiento de los estándares sociales. A su vez, enlaza con la salud mental y emocional, así como con trastornos relacionados con la distorsión de estas percepciones (ansiedad, estrés, depresión, trastornos de la conducta alimentaria, síndrome de burnout…).
- Estilos de crianza: estas exigencias sociales se transmiten de manera generacional. Un ejemplo de esto lo encontramos en un estudio publicado en 2016, que encontró en los adolescentes que la percepción de altas expectativas por parte de sus progenitores y el miedo a cometer errores son dos factores relacionados con el desarrollo de un perfeccionismo desadaptativo.
Consecuencias de no cumplir estos estándares de perfección
A pesar de que la mayoría de las personas tratan de ajustarse a los estándares sociales de su cultura, es imposible cumplirlos todos a la perfección: la variabilidad individual siempre creará divergencias de lo normativo. No obstante, también se condena aquello que se separa de lo deseable, causando diversos malestares en las personas que lo hacen:
- Comparaciones: aquellas personas que no estén cumpliendo los cánones se medirán constantemente con las figuras representativas de los mismos (modelos, influencers, medios de comunicación, etc).
- Baja autoestima: de lo anterior se deriva una autoestima dañada, pues se percibe la imposibilidad de cumplir con las exigencias establecidas.
- Sentimientos negativos: soledad, desarraigo, frustración o vergüenza.
- Conductas desadaptativas que pueden desembocar en trastornos: la psicología ha encontrado, por ejemplo, que la insatisfacción corporal tiene una relación positiva con las dietas restrictivas y los trastornos de la conducta alimentaria.
Visto todo esto, se podría creer que no es posible ignorar, o al menos controlar, la influencia que estos cánones tienen sobre nuestro bienestar emocional y psicológico. No obstante, no estamos totalmente indefensos ante ellos. Vamos a verlo a continuación.
Cómo luchar contra los estándares de perfección
Según un artículo dirigido por los investigadores Hazel y Kitayama, de la Universidad de Stanford, la cultura y la construcción del yo forman un ciclo continuo de constitución mutua, sin que uno de los dos factores prime del todo. Por tanto, la sociedad es tan capaz de definir al individuo como este de cambiarla.
La lucha social que pugna por cambiar aquellos estándares de la cultura occidental que frenan la ansiada libertad individual implica, también, un trabajo interno dirigido a los miedos y creencias poco adaptativas que suscitan los estándares actuales. Se busca, por tanto, demostrar que el sentido de pertenencia a un grupo social se puede obtener también fuera de lo estandarizado y, con el tiempo, llegar a normalizarlo.
Si tus estándares sociales difieren de los establecidos, es posible que hayas vivido situaciones y tomado decisiones que dañan tu bienestar emocional. Vamos a ver, con estos consejos, cómo interiorizar tus propios cánones y hacerlos válidos en una sociedad que se rige por otros distintos.
1. Identifica los pensamientos que te provocan estados emocionales negativos
Si te has decidido a luchar contra aquellos estándares de perfección que te hacen sentir ansiedad, tristeza y, en general, estados negativos, el primer paso será identificar aquellos pensamientos o acontecimientos que los desencadenan.
Por ejemplo, pesarte en la consulta del nutricionista puede hacerte muy consciente de tu peso, especialmente si este aumenta. Esto podría desencadenar pensamientos como “Estoy gorda” o “Nunca conseguiré adelgazar”. Aquí es donde comienza el proceso, tomando consciencia de estas palabras que nos decimos cuando no se cumplen los cánones. Hay que poner atención a si son palabras que nos ayudan o, por el contrario, nos resultan destructivas y así frenar el discurso interno en torno a estas últimas.
2. Explora tu sistema de creencias
Estos pensamientos se sustentan en una serie de creencias que, por un lado, van acordes a la normatividad (hay que ser delgado y atlético) y, por otro, no coinciden con tu realidad (un peso superior a lo establecido como deseable). Los sistemas de creencias discriminatorias generan diálogos internos que dañan nuestra sensibilidad y autoestima.
Por tanto, cabe cuestionarse todo aquello que te está causando pensamientos negativos. ¿Son estos estándares realistas? ¿Cómo me están afectando? ¿Siento que me los imponen? ¿Los impongo yo a los demás? A través de preguntas como estas, identificarás toda la red de pensamientos que te están llevando a los estados emocionales negativos relacionados con estándares de perfección.
3. Cambio de hábitos
Una vez tengas identificados pensamientos, creencias y conductas relacionados con estos estándares de perfección, será el momento de comenzar con el cambio de hábitos. El ejemplo que seguiría a lo anterior sería reprogramar la alimentación: en lugar de hacer dietas restrictivas que solo buscan bajar de peso, crear una alimentación consciente, nutritiva y que mejore la sensación de bienestar.
4. Entrenamiento en la asertividad
Aunque logres reestructurar tu sistema de creencias y ser consistente en tu comportamiento respecto a los cánones, no puedes controlar lo que otros hacen. Es muy posible que la presión social se redoble cuando comiences con tu cambio personal y te veas en situaciones en las que tengas que elegir entre tener un conflicto o hacer algo que no deseas.
En estos casos es muy importante entrenarse en la asertividad: la habilidad para expresar frente a los demás las propias ideas y emociones sin agresividad y respetando las ajenas. Un estudio realizado en 2019 afirma que los pacientes con esquizofrenia entrenados en técnicas asertivas mejoraron significativamente en su autoestima. Incluso cuando la salud mental está seriamente afectada, la habilidad de actuar asertivamente es clave para sentirnos mejor.
5. Busca y crea espacios seguros
Como se decía anteriormente, nadie cumple al 100% todos los estándares de perfección que existen. Por tanto, es muy probable que te encuentres con más personas que sufran por ello o que hayan decidido establecer los suyos propios. En este sentido, encontrar grupos que coincidan con tus puntos de vista y donde te sientas seguro a la hora de expresarte y comportarte de manera natural será necesario para mantener tu bienestar psicológico.
Asimismo, tú también puedes ser un vehículo para que las demás personas encuentren un lugar seguro para desarrollar sus propios estándares sociales y aplicarlos a su vida. De esta manera, el entorno social se va cambiando, poco a poco, a medida que cada ser individual rechaza exigencias poco realistas y presiones externas.
6. Busca ayuda
Los cánones forman parte de la educación básica de la mayoría de la población, por lo que, en mayor o menor medida, estarán arraigadas en sus creencias y pensamientos. Abandonar aquellos que producen sufrimiento y construir ideas racionales y hábitos de autocuidado no es fácil, así que no dudes en pedir la ayuda de un profesional de la psicología. No es fácil recorrer ese camino en soledad, sobre todo cuando se trata de creencias tan arraigadas que es necesario desaprenderlas.
La eterna lucha
¿Dónde acaban las normas sociales que facilitan la convivencia y dónde comienzan las exigencias imposibles de los estándares de perfección? Lo cierto es que, a nivel individual, las comparaciones externas y la autoexigencia se vuelven patológicas si se fijan objetivos imposibles de cumplir.
Por eso, si sientes ansiedad, estrés o malestar cada vez que miras las redes sociales, la televisión o simplemente una revista y esto te dificulta el día a día, es el momento de acudir a un psicólogo. Y, sobre todo, recuerda que eres una persona válida, suficiente y merecedora de apoyo social.
En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.
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