¿La ansiedad se cura o se controla? 5 claves para combatirla
Imagina vivir con una sensación constante de alerta, como si algo malo fuera a pasar... pero nunca pasa nada realmente.
¿Es posible salir de ese bucle? ¿La ansiedad se cura o solo se puede aprender a vivir con ella?
Sigue leyendo para descubrir que sí hay esperanza, y más cerca de lo que crees.

¿Qué es la ansiedad realmente y cómo se quita?
Si te preguntas qué es la ansiedad, tenemos que adelantarte que no es solo “estar nervioso” o “preocuparse mucho”. Es una reacción natural del cuerpo ante una amenaza, es decir, un mecanismo de defensa, que se vuelve un problema cuando aparece sin motivo aparente y de forma continua.
Se manifiesta como un estado de alerta constante. Tu mente interpreta amenazas en cosas cotidianas, y eso te mantiene intranquilo o intranquila. Afortunadamente, esta respuesta se puede modificar con apoyo profesional y herramientas adecuadas.
Para gestionar la ansiedad, primero hay que entenderla. Luego, tratarla con estrategias personalizadas: desde terapia psicológica para la ansiedad hasta técnicas de autocuidado. No hay un botón de “off”, pero sí un camino claro hacia el bienestar.
Síntomas más comunes en la ansiedad
La ansiedad puede manifestarse de muchas formas. Algunas personas la viven como pensamientos constantes; otras, como síntomas físicos que asustan o con un elevado impacto emocional.
Entre los más comunes están:
- Palpitaciones, sudoración o sensación de ahogo.
- Pensamientos negativos o repetitivos.
- Irritabilidad o dificultad para concentrarse.
- Dolores de cabeza, fatiga o tensión muscular.
- Problemas para dormir o descansar bien.
La ansiedad tiene algunas características concretar que nos permite distinguirla de otros estados emocionales:
- Es desproporcionada: la reacción no va acorde con lo que está ocurriendo, es más intensa que la situación.
- Es anticipatoria: se enfoca en lo que podría pasar, no en lo que está ocurriendo.
- Afecta a varias áreas: desde tus pensamientos hasta tu cuerpo, tus emociones y tu comportamiento.
Por eso no se trata de “calmarse” o “no pensar tanto”. La ansiedad requiere un abordaje completo.
¿Por qué sentimos ansiedad?
Sentir ansiedad es parte de la naturaleza humana. Nos ayuda a sobrevivir como especie, porque nos mantiene alerta ante peligros reales. El problema viene cuando la alarma aparece ante situaciones que, en principio, no tienen por qué ser amenazantes pero que sí las estamos interpretando como si lo fueran: un examen, una entrevista, una ruptura, el futuro incierto, etc.
El problema no es sentir ansiedad. El problema es vivir con ella todo el tiempo, como si todo fuera urgente, peligroso o, incluso llegando a derivar en crisis de angustia. Ahí es cuando hay que intervenir y buscar ayuda.
Es importante tener en cuenta que existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer ansiedad. Algunos de estos factores tienen que ver con rasgos de personalidad. Esto no significa que algo esté mal en ti. Solo que hay rasgos que influyen en la probabilidad de tener ansiedad y que, por lo tanto, es importante trabajar en ellos. Por ejemplo:
- Perfeccionismo: querer que todo salga bien, siempre.
- Alta sensibilidad: captar muchos estímulos a la vez.
- Tendencia a preocuparse en exceso.
- Baja tolerancia a la incertidumbre.
La buena noticia es que los rasgos no son sentencias. Puedes aprender a regularlos y vivir con más calma.
Por otro lado, la aparición de la ansiedad tiene que ver con una combinación de diferentes causas:
- Factores biológicos: como una predisposición genética o desequilibrios en neurotransmisores.
- Factores psicológicos: experiencias difíciles, traumas o estrés crónico.
- Factores sociales: presión laboral, dificultades familiares o aislamiento.
Identificar qué te está generando ansiedad es fundamental para diseñar un tratamiento efectivo.

Consejos para controlar la ansiedad
1. El apoyo familiar
Las personas con ansiedad no necesitan que les digan “tranquilo, no pasa nada”. Necesitan empatía, escucha y soporte. El entorno familiar puede ser un espacio seguro que refuerce la calma y el bienestar emocional. Cuando te sientes comprendido, el miedo disminuye. Y cuando compartes lo que vives, dejas de cargar con todo solo.
2. Cambiar la actitud ante el malestar
La ansiedad se alimenta de pensamientos rígidos, perfeccionismo y miedo a perder el control. Aprender a observar tus pensamientos sin creer en todos ellos, desarrollar autocompasión y aceptar que no todo se puede controlar, es uno de los aprendizajes más transformadores. No se trata de resignarse, sino de flexibilizar la mente para dejar espacio a la calma.
3. Establecer hábitos de vida saludables
Dormir bien, comer de forma equilibrada, moverse de forma regular y reducir el consumo de sustancias estimulantes no son solo consejos genéricos: son pilares que regulan directamente tu sistema nervioso. Un cuerpo que descansa, se alimenta bien y se activa, es un cuerpo menos reactivo a la activación.
4. Aprender técnicas de relajación
No puedes controlar lo que piensas, pero sí puedes aprender a calmar tu cuerpo. Las técnicas de respiración consciente, el mindfulness, el yoga o incluso un paseo en silencio pueden ser más útiles de lo que imaginas. Relajar el cuerpo es decirle al cerebro: “todo está bien”.
5. Tratamientos farmacológicos
En algunos casos, la medicación puede ser útil para reducir la intensidad de los síntomas mientras se avanza en terapia. Los fármacos más comunes son:
- Ansiolíticos (para uso puntual)
- Antidepresivos (cuando hay ansiedad crónica)
Es importante aclarar que los medicamentos no “curan” la ansiedad, pero sí ayudan a estabilizarte emocionalmente. Siempre deben ser prescritos por un profesional de la salud.
Sí, la ansiedad se puede curar sin medicamentos, y esta es una opción válida y efectiva para muchas personas. No todos los casos requieren fármacos, especialmente cuando los síntomas no son incapacitantes y la persona está dispuesta a trabajar en su proceso terapéutico. La clave está en el compromiso, la constancia y el acompañamiento profesional.
Al tratar la ansiedad sin medicación, el enfoque se centra en potenciar los recursos internos de la persona. Esto implica aprender a entender lo que sucede internamente, cambiar hábitos, transformar patrones de pensamiento y regular las emociones desde un lugar consciente. A continuación, te explicamos algunas de las herramientas más potentes para conseguirlo.
Los tratamientos psicológicos para la ansiedad
Los trastornos de ansiedad se pueden tratar, e incluso curar, si se abordan correctamente. Aquí te contamos los tratamientos más eficaces según la psicología y la medicina actual.
El enfoque más recomendable es siempre la psicoterapia. No solo te ayuda a entender lo que te pasa, sino que te enseña a cambiarlo.
La terapia Cognitivo Conductual
Es la más estudiada y su eficacia te ayuda a identificar pensamientos distorsionados, cambiar patrones de comportamiento ansioso y afrontar tus miedos de forma gradual. También trabaja en cómo reaccionas ante tus emociones, enseñándote a no evitarlas sino a gestionarlas con más habilidad.
Es importante buscar un/a profesional que sea experto/a en el tratamiento de la ansiedad y que tenga un enfoque integrador. Es decir, que sepa utilizar diferentes recursos y herramientas en función de las necesidades específicas y el contexto de cada persona.
Cuánto dura la terapia para la ansiedad
No hay una única respuesta. Algunas personas mejoran en pocas semanas; otras, en algunos meses. Todo depende de la intensidad de los síntomas y de tu compromiso con el proceso. Lo importante es que los avances son reales y sostenibles.
¿Se puede superar la ansiedad del todo?
La ansiedad como mecanismo de defensa siempre nos va a acompañar. Es más, es necesario que lo haga. Lo que tenemos que aprender es a comprenderla, identificar por qué se está activando y en qué casos tenemos que actuar y en cuáles tenemos que gestionarla porque ese aviso no se ajusta a un peligro real.
A veces, ese sistema de alerta no está funcionando bien, porque se activa ante situaciones que no suponen una amenaza o lo hace de forma constante. Esta es la ansiedad que podemos aprender a gestionar y, por lo tanto, superar del todo.
Recordatorio final:
- No eres menos fuerte por sentir ansiedad. Eres humano.
- Pedir ayuda no es rendirse, es empezar a cuidarte.
- Y si hoy no estás bien, eso no significa que siempre será así.
Caminar hacia una vida con menos ansiedad es posible. Y empieza con un paso: entender que mereces vivir en calma.
Un psicólogo especializado en ansiedad de Therapyside te puede aconsejar, apoyar y acompañar en el proceso para aprender a entender y a gestionar tu ansiedad.


Pilar García
Artículo escrito y revisado por Pilar García | Psicóloga sanitaria con más de 10 años de experiencia. Especialista en ansiedad y autoestima.

Isabel Aranda
Artículo escrito y revisado por Isabel Aranda | Graduada en psicología, con n.º de colegiada M-13497. + 10 años de experiencia como psicóloga general sanitaria.