Claves para alcanzar la felicidad laboral
¿Cuándo fue la última vez que te fuiste a dormir un domingo deseando que llegase el lunes para ir a trabajar? Es probable que no lo recuerdes o incluso, que nunca hayas tenido esta experiencia y te parezca un exceso de optimismo. Sin embargo, lo cierto es que hay personas que aman su trabajo y disfrutan de su jornada laboral. Aunque resulte difícil creerlo, existen profesionales que son felices con el trabajo que hacen, están satisfechos con su carrera y se sienten a gusto en su entorno laboral. Es lo que se conoce como felicidad laboral.
La buena noticia es que la felicidad en el trabajo no es exclusiva de un determinado grupo de personas. Todos podemos experimentar esa sensación de bienestar y realización personal en nuestra profesión y despertarnos cada mañana con la ilusión de disfrutar una nueva experiencia laboral que nos permita desarrollar nuestras habilidades y crecer como personas. A continuación te mostramos una serie de claves que han ayudado a esas personas que son felices en su trabajo y que sirven para encontrar una mayor motivación y satisfacción profesional.
7 estrategias para estimular tu motivación y bienestar laboral
Trabajar en una compañía que fomente el crecimiento profesional de sus empleados, apueste por la conciliación laboral y familiar y estimule un buen clima laboral puede mejorar nuestro bienestar en el trabajo. Sin embargo, la felicidad laboral también es una cuestión de actitud personal. Por tanto, si queremos sentirnos realizados en nuestra profesión es importante ser conscientes de lo que depende de nosotros y tener en cuenta la manera en la que percibimos el trabajo. Algunas estrategias que pueden ser útiles y facilitar el camino son las siguientes:
1. Asumir una actitud proactiva. A todos nos cuesta salir de nuestra zona de confort, ese espacio que conocemos como la palma de nuestra mano y en el que nos sentimos completamente seguros. Sin embargo, lo cierto es que el verdadero cambio y la auténtica felicidad se consigue cuando somos capaces de vencer nuestros miedos, salir de esa zona de seguridad y tomar la iniciativa. Tener una actitud proactiva nos permite vislumbrar posibles problemas y buscar soluciones eficaces para amortizar su efecto, a la vez que nos ayuda a ver la parte positiva en cada situación para adoptar una actitud más conciliadora y resiliente.
2. Abrazar el lado positivo del estrés. Entender el estrés solo como algo desagradable y dejarse llevar por ese círculo vicioso de angustia y ansiedad, además de generar más tensión impide enfrentar el trabajo de manera desarrolladora. Sin embargo, si empezamos a considerar el estrés como una oportunidad para poner a prueba nuestras capacidades y aprendemos a valorar los aspectos positivos asociados a este estado emocional, no solo nos sentiremos más relajados y confiados sino que seremos más productivos en nuestro día a día. Este cambio de mentalidad nos ayudará tanto a mejorar cómo nos sentimos en el trabajo como la manera en la cual percibimos la vida.
3. Aprender a lidiar con el pesimismo. Adoptar una actitud pesimista no solo se refleja en la manera de afrontar las tareas sino que pasa factura a nuestra motivación y bienestar. En cambio, cuando asumimos una actitud más optimista nos orientamos de manera natural hacia las soluciones y como resultado desarrollamos un mayor control sobre nuestro entorno. Cuando somos capaces de tomar distancia de los problemas y no perdemos el control porque somos conscientes de que después de la tormenta llega la calma, estamos preparados para enfrentarnos mejor a las adversidades y lidiar con un clima laboral hostil. A la larga, esto se refleja en nuestros resultados y nos permitirá sentirnos más satisfechos.
4. Definir un plan de carrera. Contar con un plan establecido y un proyecto de formación profesional es una excelente manera de estimular nuestra satisfacción y felicidad laboral. Las personas que invierten en su crecimiento profesional y ponen el foco en el desarrollo de sus habilidades no solo consiguen mejores resultados en su trabajo, sino que también disfrutan más del camino y sus logros profesionales. A largo plazo, esto no solo nos ayuda a mantener la motivación por lo que hacemos sino que nos permite sentirnos más realizados en nuestra profesión.
5. Rodearse de compañeros optimistas. Trabajar con personas negativas y pesimistas no sólo genera un mal clima laboral sino que puede terminar drenando tu energía y motivación. Para evitar que esto suceda es recomendable rodearse de personas optimistas, entusiastas y dispuestas a ir siempre un paso más allá. Tal y como reveló un estudio realizado en la Universidad de Oxford sobre las hormonas relacionadas con la felicidad, contar con un equipo de trabajo inspirador no solo nos aportará un extra de motivación sino que nos ayudará a sentirnos mejor en nuestro entorno laboral, a liberar las tensiones y reducir el estrés. ¿El secreto? Tener buenas relaciones interpersonales aumenta nuestros niveles de oxitocina, dopamina y serotonina, un tipo de neurotransmisores encargados de hacernos sentir bien.
6. Permitirnos cometer errores. Vivimos en un mundo que rechaza los errores y el fracaso, por lo que no es extraño que nos sintamos culpables cada vez que nos equivocamos. Sin embargo, lo que a veces pasamos por alto es que los errores forman parte indisoluble de la esencia humana. Son precisamente las equivocaciones que cometemos en nuestro día a día las que nos ayudan a aprender y a crecer como persona. Por tanto, en lugar de sentirnos mal por nuestros errores podemos empezar a abrazar los fracasos en nuestro trabajo y considerarlos como una oportunidad de aprendizaje y desarrollo personal.
7. Abrazar el equilibrio entre nuestra vida personal y laboral. La mayoría de los trabajadores son conscientes de la importancia de fomentar una buena conciliación laboral y personal, pero lo cierto es que sumidos en las responsabilidades cotidianas muchas veces lo pasan por alto. Sin embargo, si queremos ser felices en nuestro trabajo y llevar nuestra motivación y bienestar al siguiente nivel es fundamental que comencemos a cuidar el frágil equilibrio entre nuestra vida personal y laboral. Solo de esta manera seremos capaces de sentir que el trabajo no acapara todo nuestro tiempo y podremos marcar un límite saludable entre nuestra jornada laboral y nuestra vida personal.
Por último, es importante no olvidarnos de disfrutar de lo que hacemos y divertirnos. En palabras del filósofo Alan Watts “este es el verdadero secreto de la vida: estar comprometido con lo que estás haciendo aquí y ahora. Y en lugar de llamarlo trabajo, date cuenta de que es un juego”. A fin de cuentas, de lo que se trata es de encontrar la parte agradable y lúdica de las tareas que hacemos a diario para comenzar a disfrutarlas como si fuesen un entretenimiento más.