Depresión
12/9/2024
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Astenia: qué es, causas, síntomas, tipos y cómo combatirla

¿Te sientes constantemente cansado/a, como si no pudieras recargar energías, sin importar cuánto duermas? ¿Te falta la energía y te sientes sin ganas desde hace tiempo? Si la fatiga parece no desaparecer y afecta tu capacidad para realizar tareas cotidianas, es posible que estés experimentando astenia. 

Esta condición, que va mucho más allá del cansancio común, puede ser agotadora, pero entender qué la provoca y cómo tratarla es el primer paso para recuperar tu bienestar. 

Sigue leyendo y descubre qué es la astenia, sus causas, síntomas y qué puedes hacer para combatirla.

¿Qué es la astenia?

La astenia es un estado de fatiga generalizada, tanto física como mental, que no mejora con el descanso habitual. Las personas que la padecen suelen describir una sensación de agotamiento constante que interfiere con su vida diaria. A diferencia del cansancio común, la astenia no desaparece con unas horas de sueño o descanso, y puede estar relacionada con diversas condiciones físicas o emocionales.

¿Cuáles son las causas de la astenia?

La astenia puede tener múltiples causas, y estas varían según el tipo de astenia que se presente. Generalmente, puede ser causada por factores físicos o psicológicos.

¿Por qué se produce la astenia? 

A nivel físico, algunas de las causas más comunes de la astenia son:

  • Problemas hormonales: trastornos como el hipotiroidismo pueden provocar astenia, ya que afectan los niveles de energía del cuerpo.
  • Infecciones virales o bacterianas: enfermedades como la gripe o la mononucleosis pueden dejar una sensación prolongada de fatiga incluso después de la recuperación.
  • Deficiencias nutricionales: la falta de ciertos nutrientes, como el hierro o las vitaminas del complejo B, puede contribuir a la fatiga crónica.

Pero hay que tener en cuenta que la astenia no siempre tiene un origen físico; en muchos casos, los factores psicológicos juegan un papel clave en su desarrollo. Algunos de los factores más comunes que pueden causar astenia a nivel emocional y mental son:

  • Estrés crónico: el estrés prolongado, especialmente cuando no se gestiona adecuadamente, puede agotar los recursos emocionales y físicos de una persona. La constante presión mental y emocional puede llevar a un estado de fatiga persistente, ya que el cuerpo se mantiene en un estado de alerta constante, lo que desgasta tanto la mente como el cuerpo.
  • Ansiedad: la ansiedad prolongada puede desencadenar una serie de síntomas físicos, entre ellos la fatiga extrema. La preocupación constante y los niveles elevados de adrenalina pueden agotar al cuerpo, causando cansancio a pesar de que no haya habido un esfuerzo físico significativo.
  • Depresión: es una de las principales causas de astenia a nivel psicológico. Las personas que sufren de depresión a menudo experimentan una pérdida de energía, desmotivación, y una sensación de agotamiento físico y emocional, lo que puede derivar en astenia crónica.
  • Trastornos del sueño: los problemas para conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche están directamente relacionados con la fatiga. La falta de sueño reparador puede estar causada por la ansiedad, el estrés o la depresión, lo que empeora los síntomas de astenia.
  • Baja autoestima y falta de motivación: cuando una persona se siente desmotivada, sin propósito o con baja autoestima, puede ser más propensa a experimentar astenia. La falta de un sentido claro de dirección en la vida, o el sentimiento de estar atrapado, puede generar fatiga mental que se traduce en astenia física.
  • Sobrecarga emocional: las personas que viven situaciones emocionalmente difíciles o que se sienten sobrecargadas con las demandas de la vida cotidiana pueden experimentar astenia. Procesar emociones intensas, como la pérdida, el duelo o la frustración constante, puede agotar los recursos emocionales y provocar fatiga crónica.

¿Cuáles son los síntomas de la astenia?

Los síntomas de la astenia varían, pero los más comunes incluyen:

  • Fatiga constante: incluso después de dormir o descansar.
  • Debilidad física: sensación de no tener energía para realizar cualquier tarea del día a día.
  • Falta de concentración: dificultad para enfocarse y realizar tareas que requieran de esfuerzo mental.
  • Irritabilidad y cambios de humor: sentirse fácilmente frustrado o con poca paciencia.
  • Dolores musculares o articulares: a veces acompañados de la sensación de debilidad.

¿Qué puede provocar la astenia? 

La astenia puede ser provocada por múltiples factores, que van desde el estilo de vida hasta enfermedades crónicas. Entre las más comunes se encuentran:

  • Falta de sueño o mala calidad del sueño.
  • Exposición prolongada a situaciones estresantes.
  • Enfermedades infecciosas o problemas inmunológicos.
  • Trastornos emocionales como la depresión o la ansiedad.

¿Qué hacer cuando se tiene astenia?

Si sospechas que podrías estar experimentando astenia, es fundamental no ignorar los síntomas y tomar medidas para solucionar este problema:

  • Consulta a un médico: es importante descartar cualquier afección médica subyacente que pueda estar causando los síntomas.
  • Adopta hábitos saludables: mejorar la calidad del sueño, realizar ejercicio físico regular y llevar una dieta equilibrada pueden ser de gran ayuda.
  • Gestiona el estrés: practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, puede contribuir a reducir la fatiga mental.
  • Atención psicológica: si crees que puede estar relacionada con algún problema de salud mental, la intervención de un psicólogo puede marcar una gran diferencia en el proceso de recuperación.

¿A qué parte del cuerpo afecta la astenia? 

La astenia afecta a todo el organismo, tanto física como mentalmente. Puede generar una sensación de debilidad muscular, afectar la capacidad cognitiva (dificultades de concentración y memoria) y disminuir la motivación y el ánimo. También puede generar malestar generalizado y dolores musculares, aunque no siempre con una causa física evidente.

¿Qué tipos de astenia existen?

Existen diferentes tipos de astenia, dependiendo de su causa y el momento en que se presente. Algunos de los tipos más comunes están relacionados con las estaciones del año y son:

Astenia primaveral 

La astenia primaveral es un tipo estacional que ocurre con mayor frecuencia al inicio de la primavera. Se cree que los cambios en la temperatura y la exposición solar pueden afectar los ritmos biológicos y el estado de ánimo, generando fatiga. Aunque no es un trastorno grave, puede ser incómodo y afectar el rendimiento diario durante algunas semanas.

Astenia otoñal

Similar a la primaveral, la astenia otoñal se presenta en el cambio de estación del verano al otoño. Los días más cortos, la reducción de la luz solar y el cambio de hábitos pueden provocar cansancio, apatía y falta de motivación.

Astenia crónica

La astenia crónica es más grave y persistente. Se manifiesta como fatiga constante durante más de seis meses, sin una causa aparente. Suele estar relacionada con trastornos subyacentes como la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica, y requiere un tratamiento especializado.

Además, la astenia puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o condición física. Sin embargo, ciertos grupos de personas pueden ser más propensos a sufrirla, como aquellos que:

  • Están expuestos a altos niveles de estrés crónico.
  • Tienen problemas de salud como anemia o hipotiroidismo.
  • Están pasando por un duelo o una situación emocional difícil.

Astenia vs. cansancio común

Aunque ambos términos se refieren a una falta de energía, el cansancio es temporal y generalmente desaparece después de dormir o descansar. 

En cambio, la astenia es más persistente y no mejora con el descanso. Si sientes que la fatiga no desaparece después de una buena noche de sueño, es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico adecuado.

¿Cómo se puede curar la astenia?

El tratamiento de la astenia depende de la causa subyacente, pero hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar los síntomas.

Tratamiento de la astenia

  • Tratamiento médico: si la astenia es causada por una enfermedad previa, como un trastorno hormonal o una infección, el médico podrá prescribir el tratamiento adecuado para esa condición.
  • Terapia psicológica: si la astenia está relacionada con el estrés o la depresión, la psicoterapia puede ser una herramienta útil para aprender a gestionar las emociones y los problemas que pueden estar agravando los síntomas.
  • Cambios en el estilo de vida: dormir lo suficiente, mejorar la calidad del sueño, seguir una dieta rica equilibrada y hacer ejercicio regularmente son esenciales para combatir la fatiga.

Conclusión

La astenia es más que un simple cansancio: puede afectar a tu bienestar físico y mental de manera significativa si no se afronta adecuadamente. 

Aunque sus causas son diversas, desde problemas hormonales hasta factores emocionales, lo importante es que no tienes que enfrentarlo solo. 

Adoptar un enfoque integral que incluya hábitos saludables, atención médica y psicoterapia, si es necesario, te permitirá recuperar tu energía y calidad de vida.

Si sientes que el cansancio te está ganando, recuerda que el descanso por sí solo no siempre es suficiente. Buscar ayuda externa y cuidar de tu salud física y emocional es la clave para superar la astenia y volver a sentirte con energía.

Puedes contar con un psicólogo online en Therapyside para seguir profundizando en tus emociones, priorizarte y cuidar tu bienestar psicológico. Si este artículo te ha ayudado a comprender mejor este tema, ¡esperamos que te sientas más empoderado para vivir una vida sin limitaciones!

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