¿Cómo hacer que los lunes se sientan menos lunes?
¿El fin de semana no te alcanza? ¿No disfrutas de tus planes en la noche del domingo pensando en la vuelta al trabajo? ¿Pensar en el lunes te genera ansiedad? No estás solo, a muchas personas se les hace cuesta arriba el inicio de la semana laboral. Y no es para menos. Vivimos en una sociedad que entiende el trabajo como una obligación, una tarea impuesta y, a menudo, indeseada, por lo que no es extraño que terminemos rechazando cada minuto que dedicamos a trabajar.
Como resultado, la idea de volver al trabajo el lunes termina drenando nuestra energía, consumiendo nuestra motivación y sumiéndonos en un estado de desánimo e infelicidad latente. La buena noticia es que no tienes que pasar el resto de tu vida odiando los lunes, existen estrategias para afrontar el inicio de la semana laboral con una actitud más positiva, aunque el primer paso consiste en identificar de dónde proviene ese rechazo.
¿Por qué odio los lunes? La pregunta que te ayudará a abrazar tu semana laboral
Todos hemos empezado con mal pie alguna semana. Es normal. El problema se produce cuando empezar mal la semana se convierte en un hábito y nuestra vida transcurre de lunes en lunes, sumiéndonos en un círculo perenne de infelicidad. En esos casos, conviene tomar una pausa para reflexionar sobre los motivos por los que odiamos tanto una nueva semana.
En algunos casos, la sensación de malestar puede deberse a que no te gusta tu profesión, ya sea porque te has equivocado al elegirla, o sencillamente porque necesitas una dosis extra de motivación para recuperar el placer por tu trabajo. También puede deberse a que no te sientes valorado en tu empresa o te has quedado estancado en tu desarrollo profesional. Para otras personas, el odio a los lunes proviene de conflictos con los compañeros de trabajo o con sus jefes, o una excesiva carga de trabajo que dispara sus niveles de estrés.
Si te encuentras en una de estas situaciones, quizá podrías solicitar un ascenso, pedir un aumento de sueldo o un cambio de horario. También podrías hablar sobre tus expectativas con tus superiores para buscar alternativas que te hagan recuperar la ilusión, o intentar solucionar tus diferencias con los compañeros. En última instancia, siempre puedes abandonar ese trabajo. Es probable que necesites trabajar para vivir, como le sucede a la mayoría de los mortales, pero eso no significa que estés atado a un empleo que detestas.
Sin embargo, a veces los motivos por los que odiamos los lunes son mucho más complejos. Si no tienes una buena conciliación laboral y familiar, es probable que tu trabajo consuma gran parte de tu jornada, reduciendo el tiempo disponible para las personas que quieres. A veces, también puede deberse a que concentras tu tiempo de ocio durante el fin de semana mientras dejas para la semana las tareas más pesadas. A la larga, carecer de un equilibrio entre las responsabilidades y la diversión te pasará factura y terminarás odiando la semana laboral.
Si esa es la causa por la que detestas los lunes, quizá sea hora de que dejes de polarizar tu actitud en función de si estás en mitad de la semana laboral o si es fin de semana, y empieces a abrazar cada día por igual. No olvides que cada día de tu vida es único y, por tanto, debería ser especial.
Cinco estrategias sencillas y eficaces para empezar la semana con una energía renovada
Cuando se trata de empezar con motivación una nueva semana laboral, nuestro peor enemigo no son las responsabilidades, la falta de tiempo o los problemas del día a día, sino nuestra actitud. Mantener una actitud negativa nos predispone a empezar el lunes con menos energía y nos impide percatarnos de esos pequeños detalles que marcan la diferencia cada jornada. Afortunadamente, existen algunas estrategias sencillas y efectivas para mejorar la actitud que te permitirán afrontar tu semana laboral con una energía renovada.
1. Disfruta tu fin de semana plenamente
Solemos creer que cuanto más tiempo libre tengamos, más podremos disfrutar de la vida y más felices seremos. Por eso, queremos llenar nuestro fin de semana de experiencias y aprovechar cada minuto. Sin embargo, a veces el tiempo de ocio que debería ayudarnos a desconectar y divertirnos, termina convirtiéndose en un arma de doble filo porque no lo disfrutamos plenamente.
Así, llega la noche del domingo y tenemos la sensación de que el fin de semana se nos ha escurrido entre los dedos, lo que nos hace sentir insatisfechos. Entonces nos invade la idea de que necesitamos más tiempo para nosotros. Y eso nos predispone de manera negativa para comenzar una nueva semana laboral.
Cuando somos capaces de saborear cada experiencia, bajamos la guardia y nos centramos en crear buenos recuerdos, no solo nos sentimos más relajados sino que nuestra percepción subjetiva del tiempo se amplía. De esta manera, tendremos la sensación de haber aprovechado bien cada momento del fin de semana y no sentiremos que el lunes nos roba nuestro tiempo libre.
2. Planifica tus lunes con antelación
¿Cuántas veces te has sentido agobiado al recordar las tareas que te esperan al día siguiente? Nos ha pasado a todos alguna vez, y lo cierto es que es motivo suficiente para robarnos la calma durante el fin de semana. Sin embargo, podríamos evitar esa sensación si preparásemos con antelación nuestra jornada de lunes.
Planificar las tareas no sólo te ayudará a tener una perspectiva más clara de todo lo que tienes que hacer y priorizar las actividades más importantes, sino que te devolverá el control sobre tu jornada. Así tus niveles de ansiedad se reducirán y no tendrás tanto miedo a enfrentarte al lunes porque sabes lo que te espera.
Ya lo planifiques el viernes o el domingo, asegúrate de incluir solo las actividades estrictamente necesarias. Siempre que sea posible, deja para el resto de la semana esa reunión importante o ese problema por solucionar. Mientras menos tareas complejas te aguarden el lunes, más fácil te será retomar tu rutina semanal. Por último, no olvides incluir alguna actividad divertida pues, a fin de cuentas, cualquier día es bueno para disfrutar de una experiencia agradable.
3. Duerme todo lo que necesites
Puede parecer una verdad de Perogrullo, pero lo cierto es que muchas veces pasamos por alto la importancia del sueño en nuestro desempeño y actitud cotidiana. Cuando duermes poco y mal no solo te levantarás más irritable y con una actitud más pesimista, sino que le conferirás más importancia a las experiencias negativas y su impacto emocional será mayor.
La falta de sueño activa la amígdala, el centro de control emocional en el cerebro que se encarga de detectar las señales del entorno, de manera que estímulos neutros, como una simple pregunta de un compañero de trabajo, pueden resultarte amenazantes. Básicamente, reaccionas de manera exagerada a los estímulos y sobredimensionarás lo que sucede a tu alrededor.
¿Cómo evitar que la falta de sueño te amargue el lunes? Duerme al menos 8 horas el domingo. De esta manera no solo tendrás más energía para comenzar una nueva semana laboral sino que estarás de mejor humor.
4. Apuesta por una rutina matutina
Solemos pensar que las rutinas ponen límites a nuestra mente y espontaneidad. Sin embargo, tener una rutina no es necesariamente negativo. Los hábitos nos ayudan a ser más eficientes, nos brindan seguridad y nos permiten seguir adelante con nuestro día sin consumir toda esa energía que demanda la toma de decisiones.
Además, hay rutinas relajantes que nos ayudan a prepararnos para la jornada y nos ofrecen la calma y la tranquilidad que necesitamos para empezar la mañana con buen pie. Por tanto, si quieres empezar a abrazar tus lunes con una actitud más positiva, nada mejor que crear tu propia rutina matutina.
Pon tu música preferida de fondo mientras te preparas el café, date una ducha relajante o practica media hora de yoga o meditación. Elige la rutina que mejor se adapte a tus necesidades y gustos e impleméntala cada mañana. Te brindará la energía que necesitas para empezar tu semana laboral de buen humor, a la vez que estimulará tu productividad.
5. Proponte nuevos retos
Plantearte nuevos retos no solo te ayuda a salir de tu zona de confort y te mantiene en constante desarrollo, sino que puede convertirse en el motor impulsor para que empieces tu semana con más ganas. Tener un nuevo objetivo en mente te dará un extra de motivación y la energía que necesitas para volver al trabajo.
Desde practicar un nuevo deporte, comer más sano o mejorar tu productividad, todo reto, por pequeño que sea, puede inspirarte y ayudarte a recuperar la ilusión por los lunes. Así empezarás a dejar de pensar en días laborables o no laborables para convertir cada una de tus jornadas en experiencias únicas e irrepetibles.
No olvides que no es el lunes en sí lo que te genera tanta angustia, es tu manera de interpretar ese día y tu actitud. Si empiezas a percibir este día como una oportunidad para experimentar nuevas vivencias, disfrutar de buenos momentos y compartir junto a las personas que quieres, esa aversión por los lunes se irá disipando. Basta que te propongas afrontar tu semana laboral de una manera diferente, más positiva y con mayor motivación, y los lunes dejarán de parecerte tan odiosos.
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