La inteligencia emocional: Lecciones de Daniel Goleman
Es posible que, como la mayoría de las personas, hayas crecido y madurado pensando que ser una persona inteligente basta para alcanzar el éxito en la vida. No obstante, tras un tiempo habrás descubierto que si no gestionas bien tus propias emociones y aprendes a lidiar con las ajenas, estás en serios problemas. La inteligencia emocional (IE), concepto creado por Daniel Goleman, supera ampliamente el concepto tradicional de inteligencia basado en el coeficiente intelectual (CI).Postula, a grandes rasgos, que es inteligente aquel que puede ser feliz.
El libro "Inteligencia Emocional" es un bestseller indiscutido en todo el planeta. Nadie interesado en superarse y encontrar la felicidad debería irse de este mundo sin al menos hojearlo. Pero, como primera medida, entérate qué es la inteligencia emocional, descubre cómo potenciarla y qué puede puedes aprender de ella.
La inteligencia emocional de Goleman: ¿Qué es?
La educación emocional es clave en el desarrollo personal. En este sentido, es la capacidad de controlar las emociones y gestionarlas positivamente para vivir más plenamente. Porque la inteligencia, concebida desde la dimensión emocional, es mucho más que la capacidad para solucionar problemas, memorizar o resolver complejas ecuaciones.
Se trata, en todo caso, de la capacidad de conectar con las emociones. En efecto, supone, en primer lugar, la conciencia de que uno es en el mundo; es decir, con otras personas (aspecto social). En este sentido, da especial importancia al reconocimiento de las emociones propias y de las emociones ajenas.
Nos hemos manejado hasta ahora como seres racionales. Sin embargo, somos seres emocionales que, además, razonan. Ello conlleva dar un giro de ciento ochenta grados y comprender que, en el origen de la conducta y toma de decisiones, hay emociones (no solo cogniciones como se creía en el pasado).Por ello, para ser personas más empáticas, compasivas y sensibles resulta fundamental aprender a potenciar la inteligencia emocional. Aquí puedes leer más sobre personalidad.
Cómo desarrollar la inteligencia emocional
No es fácil, pero tampoco imposible. Atiende a los detalles y pon en práctica los siguientes ítems.
1- Descubre la emoción que habita detrás de cada uno de tus actos
Aprende a conectar con las emociones utilizando tu inteligencia. Para ello, busca el origen emocional de cada acción, decisión o estado de ánimo. La tristeza que hay oculta en un grito, la inseguridad detrás del aislamiento social o el miedo que se esconde en la falta de iniciativa.
2- Incorpora un rico lenguaje emocional
Las cuatro emociones básicas son: alegría, tristeza, ira y miedo. Cuando aprendas a identificar cada una, podrás poner en palabras lo que pasa por tu mente y por tu corazón. Es fundamental para gestionar las emociones.
3- El lado oculto de las emociones
Detrás de las emociones primarias hay otras secundarias. Descúbrelas. No te dejes llevar por las apariencias. La tristeza no solo implica pena ni la alegría únicamente gozo. Si profundizas, aprenderás a «leer» el trasfondo emocional.
4- No te juzgues
Las emociones son simples mensajeras que te indicarán cómo manejarte positivamente. No juzgues tus sentimientos. Ellos te brindan preciada información y son sumamente útiles para poner en práctica el autocontrol y el manejo consciente de lo emocional.
5- El lenguaje corporal puede echarte una mano
Al principio cuesta reconocer las emociones. Sin embargo, si prestas atención a lo gestual o corporal, te darás cuenta de que no siempre las palabras dicen la verdad. A modo de ejemplo podemos pensar en la gente que dice ser positiva y que siempre está dispuesta a brindar ayuda pero sin embargo en muchas ocasiones está meneando la cabeza como negando. Entre los gestos y las palabras, quédate con los gestos.
6- Aprende a hablar menos y actuar a tiempo
Antes de decir algo de lo que puedas arrepentirte, calla. Antes de tomar una decisión intempestiva, aguarda. Ante cada emoción, detecta qué pensamiento surge y tómate un tiempo para modificarlo en caso de ser necesario.
7- No juzgues las reacciones de los demás, ponte en sus zapatos
Utiliza la empatía para no juzgar al otro por lo que hace, dice o piensa. Cada cual tiene sus razones. Mira más allá y descubrirás un mundo de emociones.
8- Haz un registro emocional
Apunta tus emociones para volverte con el tiempo en una persona capaz de gestionarlas sin necesidad de tomar nota. Leer un listado de emociones y pensamientos te ayudará a tomar conciencia para poder usarlo en tu beneficio y alcanzar tu superación.
9- Expresa tus emociones con asertividad
Aprende a expresarte bien. Una frase asertiva sería: «siento tal emoción cuando haces o dices tal cosa». Quien conecta bien con sus emociones es capaz de comunicarse mejor con los demás y pedir lo que necesita. ¡Ánimo! Tú también podrás hacerlo.
10- Lleva los puntos anteriores a la práctica
De nada sirve la teoría si no la pones en práctica.
Las lecciones fundamentales de Daniel Goleman
Del libro “Inteligencia Emocional” se desprenden algunas ideas centrales que Daniel Goleman ha querido transmitir al mundo. Presta atención a cada una de ellas y aprenderás mucho sobre la inteligencia emocional.
La inteligencia racional coexiste con la emocional
Son dos formas de conocer el mundo; ninguna es mejor o superior. Por mucho tiempo se priorizó lo racional sobre lo emocional. Es más, se subestimaron los sentimientos y se colocaron por debajo de la cognición.
La idea detrás de todo aquello era que la racionalidad era lo que distinguía al hombre del resto de los seres vivos. Lo supremo. Sin embargo, las emociones también nos distinguen y nos hacen seres maravillosos.
Nuestra vida mental se alimenta de cogniciones y emociones por igual, en perfecta convivencia y a la par.
Aprender a gestionar las emociones
Las emociones son impulsos, reacciones. Es decir, son respuestas ante el entorno o lo interno (cómo nos sentimos). La ira es tan fuerte que llega a reorganizar las funciones cerebrales.Quizá te ha pasado que al comenzar una fuerte discusión, en el transcurso, olvidas el origen de esa disputa. Es, justamente, porque la ira predispone al descontrol y a la desconexión, y hace de obstáculo. No facilita el diálogo ni la salida positiva.
Por ello, el control de lo emocional resulta fundamental para aprender a solucionar los conflictos de la vida de la mejor manera.
Alcanzar una vida más plena
Incorporar buenas habilidades emocionales contribuye al autoconocimiento, al manejo positivo de las emociones, a desarrollar la empatía y a mejorar las relaciones con los demás. En definitiva, la gestión de las emociones ayuda a tener una vida efectiva y más productiva.
De hecho, las personas emocionales son más creativas, suelen tener trabajos que las satisfacen y van por la vida con la mente limpia y abierta. Son aquellas que sacan lo mejor de sí en su día a día y saben también sacar lo mejor de los demás.
Daniel Goleman postula, además, que la inteligencia emocional es indispensable para afrontar los conflictos cotidianos. El autor entiende que la mayoría de ellos no encuentran solución solo a partir de las habilidades que aporta la inteligencia racional.
Buena salud física y mental
Saber gestionar las emociones tóxicas o complejas contribuye a disminuir factores de riesgo que predisponen a enfermar. En efecto, neutralizar la toxicidad emocional es esencial para vivir plenamente.
Tener una buena inteligencia emocional es un buen aliado para afrontar todo tipo de enfermedades de una manera más positiva. Incluso hay estudios que afirman que enfrentarse al cáncer con un buen estado de ánimo hace que las posibilidades de superarlo aumenten.
Enseñar y aprender
La vida académica es la mera transmisión y recepción de conocimientos cuando no se conecta bien con las emociones. Un maestro que enseña con pasión y vocación transmite de manera más efectiva el mensaje que quiere transmitir. No es casualidad que los alumnos aprendan más y mejor aquellas materias impartidas por profesores que aman su trabajo y lo hacen con el corazón.
Lo mismo ocurre al ser padres. Los niños todo lo que aprenden lo hacen a través de la imitación y los adultos ejercen de espejo donde los más pequeños modelan su yo interior.
Liderazgo positivo
En una familia, en un grupo social o en una empresa, los líderes natos son aquellos que saben conectar con las emociones de los demás para que el equipo en su conjunto alcance su máximo rendimiento.
De hecho, la mayoría de los actuales líderes mundiales son seres emocionalmente bien conectados. Seres capaces de ponerse en el lugar del otro, comprender los motivos ajenos y resolver conflictos a través del diálogo, la empatía y la confianza en uno mismo y en quienes los rodean.
El autoconocimiento
El conocimiento de uno mismo es la piedra angular de la inteligencia emocional, según Goleman. El autodominio y la autoconciencia asimismo son elementos primordiales. Para empatizar con el prójimo, primero hay que conocer a fondo las propias emociones. Como se suele decir: para poder amar a los demás primero hay que amarse a uno mismo.
La vida social
¿Cabe alguna duda a esta altura? Las relaciones interpersonales se enriquecen notablemente cuando las personas involucradas conectan emocionalmente y no únicamente desde lo mental.
Ahora que conoces a fondo los principios básicos de la inteligencia emocional, anímate a sacarle provecho en tu día a día para mejorar tu vida personal, familiar, social y laboral. Y, por encima de todo, ser feliz.
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