Consecuencias del estrés en el cuerpo y en la mente
Las consecuencias del estrés se ven reflejadas tanto en nuestra mente como en nuestro cuerpo. La tensión que acumulamos mina nuestra salud y cuando se convierte en algo mantenido en el tiempo, nos debilita.
El estrés puede aparecer por distintas razones, pero casi siempre está asociado a la tensión que sentimos cuando no alcanzamos nuestros objetivos. Queremos abarcar más de lo que podemos, nuestras metas son poco realistas o nos cargamos con demasiadas obligaciones. Sentimos que no llegamos y eso nos causa estrés.
El estrés se puede manifestar de muchas maneras, desde tener un dolor de cabeza hasta mermar nuestras defensas y enfermar continuamente. Otra de las consecuencias del estrés es esa sensación incómoda que tenemos cuando no conseguimos hacer todo lo que queremos, por ejemplo cuando sufrimos síntomas del estrés laboral. Una sensación a la que le sigue la frustración, que a su vez nos genera más estrés.
En definitiva, las causas del estrés son muchas y muy diferentes y sus efectos también. En este post te explicaremos cómo impacta en nuestro cuerpo y te daremos algunos consejos para que lo afrontes con éxito.
Consecuencias del estrés
Nos debilita
El estrés debilita nuestro organismo y está relacionado como un desencadenante de enfermedades de diferente índole, como las cardíacas o los tumores. Es más, también favorece los accidentes y la aparición de enfermedades mentales que pueden acabar en suicidio.
Evidentemente, no siempre llega a tales extremos, pero sí que afecta en gran medida a nuestro sistema inmunitario. Las personas que padecen estrés emocional sienten cómo se reducen sus defensas y su cuerpo es más vulnerable. Los resfriados o las gripes, el herpes, las alergias, las afecciones de la piel son comunes en quienes están estresados. También es habitual que las heridas tarden más en cicatrizar y las lesiones en recuperarse.
El debilitamiento del sistema inmune es una de las consecuencias del estrés porque nuestro cuerpo produce hormonas como el cortisol, la adrenalina o la norepinefrina, y también disminuyen nuestras reservas de vitamina B. Estas hormonas son las que excitan nuestro cuerpo, pero si se producen en exceso, nos hacen estar en alerta máxima todo el día.
En cambio, el contacto físico contribuye a reducir los niveles de estrés. De ahí que el afecto sea un excelente aliado para desestresarnos.
Afecta a nuestro sistema respiratorio y cardíaco
Ya te hemos explicado que una de las consecuencias del estrés es la producción de más hormonas que, además, afectan al sistema cardiovascular y también al respiratorio. Ten en cuenta que si respiras más rápido, tu cuerpo tiene que acelerar la distribución de la sangre para poder reaccionar a las amenazas que siente. A raíz de ahí también es posible que aparezcan taquicardias o que acabes sufriendo hipertensión.
Al mismo tiempo, tus vasos sanguíneos se hacen más estrechos para que los músculos tengan más oxígeno, ya que tu cuerpo está en alerta de manera continuada y quiere escapar de esas amenazas. A la par que llega más oxígeno a los músculos, el cerebro y el corazón reciben menos nutrientes, con las repercusiones que eso tiene.
En ocasiones, la persona tiene un conflicto emocional que le genera mucha ansiedad pero lo desplaza hacia el sufrimiento de síntomas físicos produciendo un trastorno por somatización. Aquí puedes leer más sobre qué es somatizar.
Problemas digestivos
Otro de los efectos del estrés se manifiesta en el sistema digestivo de nuestro organismo. Son comunes los dolores de estómago, la aparición de úlceras, la mala digestión, el reflujo, las náuseas, los vómitos, el estreñimiento y las diarreas. También son comunes las colitis y las inflamaciones intestinales.
Cuando estás estresada, tu hígado produce más glucosa para conseguir más energía. De ahí el riesgo de padecer diabetes. Aquí puedes leer más sobre las enfermedades psicosomáticas.
Insomnio
Ni tu cuerpo ni tu mente consiguen relajarse porque van a más velocidad de la que deberían. Esto se traduce en alteraciones del sueño. Le das muchas vueltas a los pensamientos y aumentan tus niveles de ansiedad. Sin embargo, es importante que descanses correctamente y duermas una media de 7 a 9 horas al día. Puedes tomar alguna infusión o valerianas para relajarte y conciliar mejor el sueño. De esta manera, reducirás tu estrés y al día siguiente estarás más descansada y con más energía.
Alteraciones del peso
Hay personas a las que el estrés les hace aumentar de peso y otras a las que les hace perderlo. Las alteraciones del peso y el cambio de apetito son otras consecuencias del estrés. La ansiedad emocional que se crea se traduce en la ingesta de más alimentos o, por el contrario, en la pérdida del apetito. Dependiendo de tu naturaleza te afectará de una u otra manera.
Fatiga adrenal
El estrés y las preocupaciones van de la mano, con lo que es probable que acabes sufriendo lo que se conoce como fatiga adrenal. Se trata de un cansancio continuado porque tu cuerpo se agota. Ten en cuenta que las glándulas adrenales son las que fabrican decenas de hormonas distintas que te ayudan a manejar el estrés. Sin embargo, si no descansas adecuadamente, acumulas grasa o no comes, al final tus células tardarán más en repararse. El resultado es un envejecimiento prematuro y una sensación de cansancio permanente que también transmites en tu rostro. Tienes que descansar y aprender a desconectar. Incluso es recomendable que tomes algún tipo de suplemento alimenticio que te ayude a contrarrestar esta fatiga.
Caída del cabello
Tu cuerpo se debilita y uno de los síntomas es que te cae más el pelo. Te recordamos que el estrés eleva el cortisol lo que debilita los folículos pilosos. En algunos casos más extremos, se puede llegar a sufrir alopecia areata o calvicie localizada. Observa las señales que tu cuerpo te envía continuamente.
Cambios en la menstruación
También son comunes en situaciones de estrés crónico, puesto que se altera tu sistema hormonal. Como mujer, es probable que tus ciclos menstruales sean irregulares, tengas retrasos, ausencias o que el flujo menstrual se reduzca.
Pérdida de memoria y de concentración
Las personas que tienen mucho estrés tienen más dificultades para concentrarse. Tu mente entra en círculos viciosos de preocupaciones constantes que crean angustia o, incluso, alteran la percepción de la realidad o se convierten en ideas obsesivas. Todo ello se traduce en una mayor dificultad para concentrarte y también en la pérdida de memoria.
Tristeza y alteraciones emocionales
Estás tan preocupada por hacer todo lo que tienes que hacer, que el hecho de ver que no llegas te produce cada vez más frustración. Al final, te sientes triste, sola o incomprendida. No sabes cómo relajarte y tienes cambios bruscos de humor. Todas estas alteraciones te afectan a ti y también a las personas con las que te relacionas.
Cómo puedes reducir el estrés
Ahora que ya conoces sus principales consecuencias para tu cuerpo y para tu mente, te ofrecemos algunos consejos para gestionar y combatir el estrés. Es posible que no puedas cambiar las circunstancias o las situaciones a las que te enfrentas todos los días, pero sí que está en tu mano cambiar la perspectiva y aprender a gestionarlas de otra manera sin que afecten a tu salud.
Para ello, es interesante que aumentes tu contacto con la naturaleza. Piérdete entre prados y montañas o rodéate de plantas. El contacto con la naturaleza te proporciona bienestar y te ayuda a relajarte, ya que las plantas reducen tu presión sanguínea y mejoran tus niveles de productividad.
Otro consejo que te damos para saber cómo superar el estrés es el de escuchar música clásica, te ayudará a reducir el cortisol, la presión sanguínea y regula el ritmo cardíaco. Por otra parte, las infusiones de té también te ayudarán a reducir el estrés y el padecimiento. Y sobre todo, ríete mucho. La risa te ayuda a liberar endorfinas y a mejorar tus niveles de bienestar.
Es muy importante que aprendas a gestionar el estrés en tu vida, conocer las respuestas que te ofrece tu cuerpo y realizar los cambios que te permitan mejorar tu nivel de bienestar. Evitar la tecnología a determinadas horas, diferenciar el ocio del trabajo, canalizar las emociones, situarte metas realistas y llevar un estilo de vida saludable te ayudarán a conseguirlo.
La meditación, por ejemplo, también te ayudará a manejar el estrés, a identificar tus emociones o tus pensamientos y ser más consciente del presente. Es importante que aprendas a conocerte más a ti misma para escucharte, entenderte... La reducción de tus niveles de estrés no solo mejorará tu bienestar y tu equilibrio, sino que también te permitirá conseguir lo que te propones y ser más feliz.
Otro consejo que te damos para comprender cómo controlar los nervios que produce el estrés es el de pedir ayuda profesional. Las personas necesitamos la ayuda del psicólogo para conocernos mejor y disponer de las herramientas que nos permitan responder ante cada nuevo reto o desafío que nos plantea la vida. La alternativa de la psicología online es una de las mejores para poder realizar las terapias desde el propio domicilio, sin necesidad de desplazamiento y disponiendo de las mismas ventajas que la terapia presencial.
En definitiva, el estrés es muy dañino para tu cuerpo y para tu mente. Por tu salud física, psicológica y emocional, es importante que aprendas a gestionarlo.
En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.