Promover la desconexión digital de tus empleados
La desconexión digital laboral, tras la llegada del teletrabajo, se ha convertido en todo un reto para las empresas.
Según un estudio realizado por Infojobs, el 67% de la población activa española afirma seguir conectado, respondiendo emails y atendiendo llamadas de trabajo fuera del horario laboral. Por si esto fuera poco, el 85% de los cargos directivos afirman estar también conectados y dispuestos a responder fuera del horario de trabajo.
¿Y tú? ¿Te sientes identificado con estos datos? Apostamos a que tu respuesta ha sido afirmativa, y que cuando trabajas fuera de la oficina sientes mayor dificultad para desconectar, sobre todo si tienes un cargo de responsabilidad.
Es por ello por lo que la nueva ley de teletrabajo recoge el derecho a la desconexión digital laboral. Además de suponer un tema legal, el hecho de que los trabajadores no sepan desconectar o sientan la obligación de estar conectados fuera de su horario laboral, repercute de forma negativa en su salud mental. Esto hace que las personas pierdan la motivación y el compromiso con la organización, e incluso puede aparecer el síndrome del burnout o síndrome del trabajador quemado.
Aunque la ley recoge que los empleados no tienen la obligación de permanecer activos fuera del horario laboral, son las empresas las que tienen que llevarlo a la práctica y establecer unas pautas que promuevan el derecho a la desconexión digital laboral. Las veremos a continuación.
La importancia de establecer una cultura de bienestar laboral
En primer lugar, se ha de velar por el bienestar de los empleados, empezando por los altos cargos que, a pesar de que puedan sentir que estar conectados fuera del horario forma parte del puesto de responsabilidad, son quienes pueden incentivar y promover estas medidas de bienestar emocional, también para ellos mismos.
Si realmente se quiere sacar adelante un trabajo productivo, exitoso y tener una plantilla comprometida, se han de reducir los porcentajes mencionados con anterioridad. Ninguna medida funcionará si las empresas no promueven una cultura de eficiencia y sensibilización, manteniendo a los empleados concienciados e informados de los riesgos que conlleva el no cumplir con la desconexión digital laboral.
Para ello es necesario establecer políticas internas que acaben con la sensación de “sentirse obligado a responder” un mensaje o email una vez finalizada la jornada laboral; o con la falsa necesidad creada de “querer estar informado todo el día de todo”.
Cambiar esta forma de ver el trabajo, sobre todo cuando hablamos de teletrabajo, es el primer paso para cumplir con la desconexión digital fuera del horario laboral, mejorar nuestra productividad y, más importante aún, cuidar nuestro bienestar emocional.
Incluso se podría llegar a favorecer un acuerdo entre la empresa y los trabajadores para que éstos se comprometan a no estar conectados fuera del horario laboral, a no ser que ocurra algún caso excepcional.
Llevar un registro de la jornada laboral
El siguiente paso es tener en cuenta que el teletrabajo no exime a las empresas de la obligación de llevar a cabo el registro de la jornada de sus empleados. Esto permite:
- Identificar los excesos de jornada, o los atrasos.
- Analizar las causas de ello.
- Establecer medidas para evitarlo.
- Velar por el bienestar emocional de la plantilla.
Así podremos observar, por ejemplo, que hay ocasiones en las que el problema principal no es el no saber desconectar, sino la falta de organización de las tareas, sobre todo si nos enfrentamos a nueva forma de trabajo, que hace que los empleados se vean en la obligación de dedicar mayor tiempo a su jornada laboral. Para ello, una solución podría ser ofrecer formaciones sobre gestión del tiempo y de la digitalización, y más aún a aquellos empleados que se enfrentan al teletrabajo, ya que resulta una situación nueva y más solitaria. Con este tipo de formaciones estaríamos promocionando a su vez el derecho a la desconexión digital, ya que estaríamos enseñando a los empleados a gestionar mejor el tiempo para evitar la sobrecarga laboral.
Estas formaciones ayudan a las empresas a organizar mejor el tiempo de trabajo, enseñar a diferenciar lo que es urgente e importante de aquello que podemos aplazar o delegar, y no caer en la multitarea y en una prolongación de la jornada laboral.
Como decía David Allen: “Puedes hacer cualquier cosa, pero no puedes hacerlo todo”.
Planificar, planificar y planificar
Otro aspecto fundamental para promover la desconexión digital laboral en los empleados es ayudarles a mejorar la planificación de su jornada. Podemos empezar por establacer las reuniones con un tiempo límite establecido y alejadas de la hora de finalización de la jornada laboral. Lo ideal es establecer las reuniones a primera hora de la mañana ya que suelen dar lugar a nuevas tareas. Si intentamos planificar la jornada a primera hora del día, teniendo en cuenta que de por sí surgirán contratiempos a lo largo de la jornada, tendremos un alto porcentaje de control del tiempo, ya que estaremos contando con un margen adecuado para poder evaluar y reevaluar prioridades de organización y de realización de las tareas.
Lo ideal sería replantearnos si las tareas que van surgiendo en nuestro día a día “pueden esperar”. De esta manera, más que reaccionar, planificaremos y, con ello, haremos una gestión del tiempo óptima. Esto se va a ver reflejado en una mayor flexibilidad laboral, porque nos permitirá decidir qué tareas son las prioritarias y desconectar digitalmente a la hora estipulada.
Por supuesto, los puestos de responsabilidad de las empresas son los que deben tener en cuenta cuándo comienza y cuándo termina la jornada laboral de los empleados, incluida la suya propia, para que los espacios de tiempo establecidos para finalizar los objetivos y las tareas sean reales y acordes a la jornada laboral de cada uno y así evitar horas extras sin una necesidad real.
Esto nos lleva al siguiente punto a la hora de promover la desconexión digital laboral.
Establecer límites
El establecimiento de límites tanto por parte del responsable como por parte del empleado es fundamental para poder desconectar y, sobre todo, para establecer relaciones sanas en los puestos de trabajo y sentirse bien con uno mismo.
Estos límites se basan en:
- Conocer cuándo empieza y cuándo acaba la jornada laboral.
- Gestionar adecuadamente los canales de comunicación durante la jornada laboral, en los que poder interaccionar si surgiera cualquier cuestión o imprevisto, con el fin de estar informados y evitar el estrés que genera tanto el notificar como el recibir un aviso de algún cambio a última hora. Pero también sabiendo marcar límites para no recibir continuas interrupciones a nuestro trabajo.
- Poner en juego la comunicación asertiva, tanto por parte del director si tuviera que solicitar horas adicionales o un compromiso de tiempo a los empleados para afrontar un imprevisto o una tarea importante, como por parte de éstos últimos si tuvieran que rechazar esa petición. Ambas opciones comunicadas de forma asertiva son igualmente válidas y respetables dentro del derecho a la desconexión digital. En las empresas, como en la vida, existe una realidad que son los contratiempos, pero hay que tener en cuenta que no todo el mundo dispone de ese tiempo adicional inmediato, y no se puede, o no se quiere, acceder a dicha petición. No por ello debe perjudicar la valoración de un empleado respecto a otro ya que estaríamos incumpliendo el derecho a la desconexión digital de la persona.
Evaluar el impacto de las medidas adoptadas sobre el bienestar de los empleados
Por último, es importante resaltar la importancia de que en las empresas se realicen controles de las medidas adoptadas para analizar el avance y cumplimiento del derecho a la desconexión digital laboral y, en consecuencia, recopilar información sobre el bienestar emocional de los empleados (cómo se encuentran, qué dificultades tienen y qué pueden hacer las empresas para solventarlo).
Son muchas las empresas que cuentan con un servicio de psicología como el que ofrece Therapyside, para ayudar y enseñar a los empleados y directivos a enfrentarse a situaciones cotidianas laborales que dificultan su día a día; como por ejemplo, el no saber desconectar digitalmente fuera del horario, el gestionar mejor el tiempo y las emociones, el aprender comunicar de forma asertiva o el saber establecer límites.
Promover la desconexión digital de los empleados tendría que ser una prioridad en la lista de propósitos de todas las empresas. Nos enfrentemos o no al teletrabajo, la mayoría de los empleados activos hacen uso de un dispositivo tecnológico para trabajar, bien sea un teléfono móvil, o un ordenador. Hay que tener en cuenta que son muchas las oportunidades y los beneficios que nos proporciona la digitalización hoy en día pero, siempre y cuando tengamos un manejo óptimo de ello y sepamos establecer límites.
En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.