¿Van los psicólogos al psicólogo?
Una pregunta que podemos hacernos es si ¿los psicólogos también recurren a la terapia? Pues sí, puede parecer sorprendente, pero incluso nosotros, los expertos en salud mental, buscamos atención psicológica. Este artículo explora por qué es normal y beneficioso que también recurramos a terapia, desmontando algunas falsas creencias y destacando la importancia de la vulnerabilidad y el autocuidado personal en nuestra profesión.
Comprendiendo mi realidad en terapia
Mi ejercicio profesional implica atender primordialmente los problemas de otras personas, lo que conlleva un continuo desgaste personal que termina afectando mi salud. La exposición continuada al trauma lleva a la "fatiga por compasión", un estado en el que la energía compasiva que gasto con el paciente es mayor que mi capacidad de recuperación. Este trastorno también se conoce como "estrés postraumático secundario". Sabiendo que estoy expuesto a este riesgo psicológico laboral, parte de mi trabajo es estar en las mejores condiciones posibles para atender a mis pacientes, de ahí que recurrir a la supervisión y la terapia sean prácticas habituales para mí.
Estrés postraumático secundario (SPS)
Como profesional que trabaja frecuentemente en contacto con personas que han experimentado eventos traumáticos o que tienen un profundo dolor psicológico, puedo enfrentarme a un fenómeno conocido como estrés postraumático secundario (SPS), también llamado trauma vicario o fatiga por compasión. Este estado emocional surge indirectamente por la relación con las personas afectadas, influyendo de manera profunda en mi bienestar, sobre todo cuando se prolonga la exposición sin que haya una gestión emocional compensatoria.
Mis experiencias con el SPS
- Síntomas emocionales y físicos: A veces, noto síntomas similares a los del trastorno de estrés postraumático (TEPT), como ansiedad, tristeza, pesadillas, y cambios en mi apetito o sueño. También puedo sufrir síntomas físicos como fatiga o dolores de cabeza.
- Desensibilización: En ocasiones me vuelvo emocionalmente insensible o distante. Esto parece ser un mecanismo de defensa que utilizo para manejar el estrés continuo de estar expuesto al trauma de otros.
- Deterioro de mi desempeño profesional: He notado que mi capacidad para realizar mi trabajo de manera efectiva puede disminuir, afectando mi concentración y mi satisfacción laboral.
- Cambios en mi percepción del mundo: El SPS a veces me lleva a tener una visión más negativa del mundo o a sentirme desesperanzado.
Cómo manejo y prevengo el SPS
- Autoconciencia: Es esencial que reconozca los síntomas tempranos del SPS y busque apoyo cuando sea necesario.
- Supervisión y apoyo profesional: Acceder a supervisión clínica y contar con el apoyo de mis colegas me ayuda a mitigar algunos de los efectos del SPS.
- Formación y educación: Capacitarme sobre cómo reconocer y manejar el SPS me ha empoderado para tomar medidas proactivas en mi cuidado personal.
- Estrategias de autocuidado: He establecido y mantengo una rutina de autocuidado que incluye ejercicios específicos de desconexión, actividades saludables y suficiente tiempo para el descanso y la socialización.
- Limitar mi exposición: Cuando es posible, limitar mi exposición directa a historias o situaciones traumáticas es beneficioso para reducir el riesgo de desarrollar SPS.
El SPS es una condición significativa que puede afectarme profundamente en mi rol de apoyo a otros, y es crucial abordarlo tanto a nivel individual como organizacional para proteger mi bienestar y el de mis colegas.
Desmintiendo mitos
Mitos comunes y realidades
- Mito: Los psicólogos que vamos a terapia somos menos competentes. Realidad: Buscar terapia es un signo de autoconciencia y dedicación profesional.
- Mito: Puedo autotratarme. Realidad: La autoevaluación puede ser sesgada; por ello, la intervención profesional es crucial.
La Importancia de la vulnerabilidad en la psicología
- Modelo para pacientes: Mostrar vulnerabilidad puede ayudar a fortalecer la relación terapéutica, mostrando a mis pacientes que buscar ayuda es un signo de fortaleza.
- Salud mental del psicólogo: Manejar mi propia salud mental me permite estar en mejor posición para ayudar a otros.
- Somos humanos: Al igual que cualquier persona, experimento emociones y desafíos que requieren manejo profesional.
- La terapia no es solo para crisis: Es una herramienta de desarrollo personal y profesional continua.
¿Por qué busco terapia?
- Autocuidado profesional: No solo estoy expuesto al estrés laboral sino al estrés postraumático secundario. Por ello, utilizo la terapia para manejar estas dificultades de manera saludable.
- Mejora continua: La terapia me permite mantenerme mentalmente sano y ejemplificar las prácticas que recomiendo a mis pacientes.
- Supervisión y desarrollo profesional: Participo en sesiones de supervisión donde discuto casos con compañeros y mentores para mejorar mi práctica.
Cómo aplico lo aprendido en terapia
- Mejores prácticas y empatía:
Aplicar técnicas aprendidas y experimentadas personalmente puede mejorar mi empatía y efectividad.
- Autocuidado y límites profesionales:
Aprender a establecer límites saludables es esencial para mi práctica y bienestar.
- Resiliencia profesional:
La terapia fortalece la resiliencia, permitiendo a los psicólogos manejar mejor las adversidades y el estrés inherentes a su profesión. Esto es vital para mantener una práctica sostenible a largo plazo.
- Modelo de conducta positivo:
Al buscar ayuda profesional, los psicólogos actúan como modelos a seguir, mostrando a sus pacientes que es saludable y aceptable solicitar apoyo cuando es necesario.
- Innovación en técnicas terapéuticas:
La experiencia personal en terapia permite a los psicólogos familiarizarse con nuevas técnicas y enfoques que pueden ser útiles en su práctica clínica, lo que contribuye a un enfoque más innovador y adaptado a las necesidades actuales de los pacientes.
- Ética profesional y autocuidado:
Es éticamente importante que los psicólogos manejen sus propias necesidades psicológicas para evitar el traslado de problemas personales a la relación terapéutica con el paciente. El autocuidado es un componente crítico de la ética profesional en psicología.
- Prevención del burnout profesional:
La terapia regular puede ser una herramienta efectiva para prevenir el síndrome de burnout, especialmente en una profesión que se sabe tiene un alto riesgo por ser tan exigente emocionalmente en la atención con los pacientes.
- Diversidad de perspectivas:
Al recibir terapia de diferentes profesionales, los psicólogos pueden ganar diversas perspectivas y enfoques, lo que enriquece su comprensión de la práctica y mejora su capacidad para abordar una amplia gama de problemas clínicos.
- Normalización del cuidado de la salud mental:
Promover activamente la terapia entre los psicólogos ayuda a desestigmatizar el cuidado de la salud mental en todos los niveles profesionales, contribuyendo a una cultura más saludable y abierta en el tratamiento de problemas psicológicos.
Normalización de los psicólogos en terapia
Es vital que la sociedad reconozca y acepte que los psicólogos, como cualquier otro profesional, podemos y debemos buscar apoyo en terapia cuando lo necesitemos. Esta aceptación puede mejorar la calidad de la atención en salud mental y apoyar el bienestar de quienes estamos en primera línea ayudando a otros. La salud mental es un viaje continuo, no solo para los pacientes, sino también para los profesionales que los guían.
Conclusión
En conclusión, este artículo demuestra la importancia crucial de la terapia para los psicólogos, no sólo como un medio de enfrentar el estrés laboral y el estrés postraumático secundario, así como un medio de prevenir el burnout, sino también como una herramienta esencial para el desarrollo profesional y personal continuo. Al participar en terapia, los psicólogos no solo cuidan de su propia salud mental, sino que también mejoran su capacidad para asistir eficazmente a sus pacientes. Además, al buscar apoyo profesional, los psicólogos modelan una conducta positiva, mostrando que la vulnerabilidad y el autocuidado son signos de fortaleza y no de debilidad.
Esto contribuye a desestigmatizar la búsqueda de ayuda en salud mental y refuerza la idea de que todos, independientemente de nuestra profesión o conocimientos, somos susceptibles a desafíos emocionales y psicológicos que requieren manejo profesional. La terapia, lejos de ser un signo de incompetencia, es un componente integral de una práctica ética y sostenible en Psicología, beneficiando no solo a los individuos en la profesión sino también a la cultura de la atención de la salud mental en general.
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