Día del trabajador: es el momento de ponerles en el centro
Hasta hace muy poco tiempo, ser trabajador era sinónimo de mano de obra, una fuerza de usar y tirar, sin apenas valor y completamente reemplazable. De hecho, ¿sabías que en sus orígenes el término se relacionaba con la tortura? La palabra trabajo deriva del latín “tripalium” que era una herramienta similar a un cepo con tres puntas que se utilizaba para sujetar caballos y herrarlos, pero también para castigar a esclavos o reos. De ahí que “tripaliare”, es decir, trabajar, se comprendía como una especie de tortura o tormento. Sin embargo, ha llovido mucho desde aquel entonces.
Hoy día, los trabajadores ya no son considerados una fuerza de trabajo prescindible, cada vez más empresas son conscientes de su valor para el crecimiento y éxito de la compañía. Reconocen la importancia de una plantilla motivada y comprometida con los objetivos empresariales y valoran el aporte de cada profesional al trabajo en equipo. Poco a poco los trabajadores han ganado una mayor relevancia, convirtiéndose en actores activos y proactivos dentro de las compañías, una pieza clave en el engranaje empresarial. De hecho, se estima que las empresas que cuentan con una plantilla comprometida y apuestan por el desarrollo profesional pueden llegar a tener resultados hasta siete veces más efectivos.
Los trabajadores, clave para el crecimiento empresarial
Los trabajadores son la fuerza motriz de una empresa. Sin el aporte profesional de cada uno de ellos, sus conocimientos, experiencia y creatividad sería prácticamente imposible llevar una compañía adelante y apostar por su crecimiento. Sin embargo, lo que a veces pasamos por alto, incluso los empresarios, es que hoy día no basta con captar nuevos talentos para tener una plantilla de élite, también es importante cuidar del bienestar de los empleados, invertir en su desarrollo profesional y ofrecerles incentivos que les mantengan motivados. En otras palabras, son conscientes de su valor para el crecimiento y éxito de la compañía
Centrarse en el cuidado de los trabajadores no solo fomentará su motivación y llevará su creatividad y rendimiento al siguiente nivel, sino que también repercutirá positivamente en la cultura y ambiente . A largo plazo, esto estimulará el crecimiento de la empresa, incrementando el retorno de la inversión. A continuación, te presentamos algunas razones por las cuales merece la pena poner el foco en el cuidado de los trabajadores:
1. Disminuye el absentismo y el presentismo
El absentismo y el presentismo, entendido como el acto de estar presente en el puesto de trabajo enfocado en otras funciones, son los peores enemigos de la productividad en una empresa. Causados o agravados a menudo por la falta de motivación y compromiso de los empleados, pueden combatirse poniendo el foco en el bienestar laboral. Cuando los trabajadores se sienten valorados por la empresa y perciben que sus intereses y necesidades se tienen en cuenta se sienten más comprometidos y motivados con su trabajo, de manera que procrastinan menos y se enfocan mejor en sus funciones.
2. Potencia la productividad laboral
Un empleado feliz es un trabajador productivo. Contar con planes para fomentar el bienestar y desarrollo profesional de los trabajadores en la empresa es una buena estrategia para llevar su productividad y rendimiento al siguiente nivel. Esto se debe a que contribuye a reducir el estrés, responsable de aproximadamente el 30% de las bajas laborales en España, a la vez que estimula la concentración, la creatividad y mejora la capacidad para resolver problemas. Un beneficio que no solo repercutirá positivamente en su desarrollo profesional sino que también impulsará el crecimiento de la empresa.
3. Mejora el clima laboral
Poner el foco en el cuidado de los trabajadores no solo influye en su bienestar y rendimiento, sino también en el clima laboral. Cuando los empleados sienten que les valoran y les tienen en cuenta se comprometen más con la empresa, están más dispuestos a ayudar y colaborar con sus compañeros de trabajo. También son más flexibles con los imprevistos de último momento, están más abiertos a solucionar los problemas y gestionan mejor los conflictos en el entorno laboral. Básicamente, son más felices y se sienten más cómodos trabajando y eso se refleja en las relaciones con sus compañeros de trabajo.
4. Fomenta el crecimiento profesional
Cuando los empleados han perdido la motivación por su trabajo en la empresa y consideran que no se tiene en cuenta su valía, suelen perder el interés por su superación profesional. En este tipo de situaciones, cumplen con sus funciones para evitar el despido, pero no asumen una actitud proactiva ni se preocupan por su crecimiento en la empresa. En cambio, cuando están motivados y perciben que la compañía no solo les tiene en cuenta y valora sino que se preocupa por su bienestar están más abiertos a impulsar su desarrollo profesional y se proponen seguir creciendo en su profesión. A largo plazo, esto significa contar con trabajadores mejor preparados, lo que se traduce en mayores beneficios para la organización.
5. Fideliza el talento y reduce la rotación
Un buen sueldo puede mantener atado a un trabajador a su puesto, pero para llevar su compromiso con la empresa al siguiente nivel es importante centrarse en el cuidado de su bienestar. Un empleado satisfecho y motivado no solo se ceñirá a cumplir con sus funciones sino que asumirá un rol más activo dentro de la compañía, intentando solucionar los problemas que existen en su entorno laboral y colaborando de manera más proactiva con sus compañeros de trabajo. Esto significa que no solo rendirá más y mejor sino que evitará buscar nuevas oportunidades laborales porque se siente pleno en su trabajo actual.
El cuidado de los trabajadores más allá de unas buenas condiciones salariales
Un error bastante común entre muchos líderes empresariales radica en pensar que un buen salario puede atraer y retener el talento dentro de la empresa. Sin duda, puede ser un buen motivo para que muchos profesionales se planteen formar parte de una compañía, pero no será el incentivo que necesitan para quedarse en la empresa y dar lo mejor de sí en pos de unos objetivos comunes. Esto solo se consigue con un plan o programa de bienestar laboral en el que se estimule la satisfacción de las necesidades y el autocuidado de cada empleado.
La buena noticia es que contar con un plan de bienestar no requiere una gran inversión económica sino un buen planteamiento de las prioridades y acciones que pongan en el centro de mira las necesidades de los trabajadores. Algunas directrices que todo programa de bienestar laboral debería cumplir son las siguientes:
1. Convertir la ergonomía y comodidad en una prioridad. Brindarles recursos a los trabajadores para que se sientan más cómodos y seguros en su día a día no es solo una cuestión de riesgo laboral sino de bienestar. Cuando los empleados trabajan a gusto y perciben que la empresa se preocupa por su comodidad se sienten más satisfechos y son más productivos en su día a día. Además, es una manera de mantener a raya las enfermedades profesionales, reduciendo así las bajas laborales.
2. Promover el autocuidado de los trabajadores. ¿Sabías que apostar por una dieta equilibrada puede incrementar en un 20% la productividad? El sueño, la forma física y el estado de salud en general también influyen en nuestro rendimiento y estado de ánimo. Por eso, es importante que la empresa apueste por programas que estimulen el autocuidado de sus trabajadores. Este tipo de programas pueden incluir desde cursos sobre alimentación saludable y estrategias para conciliar bien el sueño hasta acciones más prácticas como planificar comidas saludables, carreras populares o partidos amistosos patrocinados por la compañía.
3. Facilitar recursos para el manejo del estrés. El estrés es uno de los peores enemigos de la productividad y la motivación de los empleados. Un problema que también afecta su calidad de vida y que puede pasar factura a su bienestar. Por tanto, otra buena manera de cuidar a los empleados es brindándoles recursos para que aprendan a manejar las tensiones y mantengan el estrés a raya. Una opción consiste en ofrecer conferencias o cursos especializados sobre el tema, pero también se puede recurrir a los servicios de un psicólogo para que haga un diagnóstico y elabore un plan de intervención específico para los problemas de la empresa y sus empleados.
4. Ofrecer herramientas para una buena gestión del tiempo. El tiempo es oro y los empleados lo saben, pero a veces no cuentan con las herramientas necesarias para gestionar bien su tiempo y terminan cargando sobre sus espaldas una enorme cantidad de tareas que no pueden gestionar. Para evitar este problema, los planes de conciliación y horario flexible pueden convertirse en un buen punto de partida. Sin embargo, también se puede recurrir a cursos teóricos y prácticos en los que se les enseñen a los trabajadores a gestionar mejor las horas del día.
5. Fomentar el desarrollo profesional. Brindarles a los empleados el incentivo que necesitan para salir de su zona de confort y apostar por su crecimiento profesional es una excelente manera de transmitirles cuánto les valora la empresa. De esta manera, no solo se sentirán más motivados con su trabajo sino que también rendirán más y estarán más comprometidos con la empresa. A largo plazo, esta inversión se traducirá en una mayor productividad y en mejores resultados para la compañía.
Por supuesto, también es importante saber escuchar y mostrarse receptivo ante las demandas y necesidades de los empleados, así como reconocer su trabajo, resultados y esfuerzo. Su satisfacción, tanto personal como laboral, es clave no sólo para su rendimiento sino también en su motivación y compromiso con la empresa. Por lo que si quieres contar con una plantilla realmente productiva, el primer paso será colocar su bienestar en el punto de mira.
Si lo que quieres es seguir potenciando el bienestar emocional de tus empleados, nosotros te podemos ayudar.