Gaslighting o "luz de gas": qué es y por qué es tan imperceptible
"¿Me lo he imaginado todo yo?", "¿estaré enloqueciendo?", "¿soy yo el problema?". La aparición de estos interrogantes nos hacen pensar que puede existir una manipulación psicológica. Si los reconoces o, si alguna vez te han hecho sentir que la realidad que percibes es pura invención tuya, es posible que hayas sido víctima de gaslighting.
¿Qué es el gaslighting?
El gaslighting, o "luz de gas", se define como un maltrato psicológico y emocional, en el cual el manipulador busca alterar la percepción de su víctima para que ponga en duda su propio criterio.
El origen del término procede de la obra y posterior adaptación cinematográfica titulada Gaslight (1938). En ella, un marido manipula a su pareja y le intenta convencer de que está "perdiendo el juicio" y de que se está imaginando ciertos eventos para poder salirse con la suya. Por ejemplo, disminuye la luz que emana de la lámpara de gas (de ahí el nombre de la película), pero luego insiste en que eso no está ocurriendo y que todo es producto de la imaginación de su mujer. Su manipulación es sutil y sigilosa, casi imperceptible y, a pesar de ser mentira, esta termina calando en la protagonista, ya que la incertidumbre no mata, pero sí mortifica.
"Montarse una película", "estar siempre a la defensiva" y "¡vaya, qué sensible eres!" o “tienes la piel muy fina”, son técnicas de uso común que buscan desacreditar la vivencia de lo ocurrido. ¿Qué daños puede ocasionar el estar sujetos a esta manipulación? Te lo explicamos a continuación.
La génesis del gaslighting
El gaslighting es una de las formas de manipulación más aceptadas e integradas en el discurso social actual, ya que su uso coloquial se remonta a la década de los años 70. La socióloga Paige Sweet (2019) recalca que esta manipulación es más frecuente en relaciones de pareja, especialmente en aquellas donde existe una fuerte dinámica de poder, y asegura que el sexo femenino suele ser la víctima predominante, lo cual no debe extrañarnos.
Ya en los tiempos de la Antigua Grecia se asociaba la "irracionalidad", que por aquel entonces era una característica exclusiva del género femenino, con la "histeria" (del griego hysteria, útero o matriz), trastorno que se creía que solo podía padecer la mujer. No fue hasta mucho después que la literatura clínica aceptó que los hombres también podían presentar síntomas histéricos.
A diferencia de una persona que padece un trastorno histriónico de la personalidad (y que realmente es extremadamente sensible), a una víctima de gaslighting la hacen cuestionar su propio criterio y la acusan de “ser demasiado sensible" por medio de microagresiones cotidianas, las cuales siembran la duda y provocan una disonancia cognitiva en la víctima, es decir, un conflicto interno, ya que sus comportamientos y sus creencias no concuerdan entre sí.
Las etapas del gaslighting
¿Quién corre peligro de sufrir este maltrato psicológico? Según la psicóloga clínica Stephanie Sarkis: "Todos somos susceptibles al gaslighting". En su libro, Gaslighting: Recognize Manipulative and Emotionally Abusive People – and Break Free, puntualiza cuáles son las tácticas y estrategias más comúnmente empleadas, y da respuesta a la pregunta más demandada: "¿cómo no nos damos cuenta?".
No nos damos cuenta porque es una manipulación gradual y sistemática que pasa desapercibida, que se instaura lentamente, pero cuyas consecuencias psicológicas pueden ser catastróficas para aquellos que la sufren. Antes de poder detectar este fenómeno, es imprescindible conocer las etapas que conforman su desarrollo:
- Idealización. Al principio, no se activan las alarmas. Todo lo contrario, suele preceder una etapa conocida como "idealización". En este momento, la víctima está a gusto con el gaslighter, ya que este último proyecta una imagen irreal de sí mismo e, incluso, puede profesar unos sentimientos muy intensos hacia la víctima y halagarla efusiva e intensamente, dando la sensación de que la tiene en un pedestal. A este fenómeno se le denomina lovebombing (bombardeo de amor).
- Devaluación. Cuando se tiene una falsa sensación de seguridad y bienestar con la pareja, empieza la etapa de la devaluación. Según explica la psicóloga Laura Fuster Sebastián, la víctima pasa de ser adorada a ser cuestionada, pero la previa sensación de bienestar prevalece, por lo que se esfuerza en arreglar los malentendidos, empieza a asumir culpas y comienza a cuestionar su propio juicio.
El manipulador aprovecha para alejar a la víctima de su familia y amigos, haciendo uso de las mismas tácticas: el uso de la mentira. ¿Por qué persigue este fin? Es simple: de esta manera, logra aislar a la víctima de su red de apoyo y, a la vez, la vuelve más dependiente del gaslighter, promoviendo la idea de que es la única persona confiable y racional con la que cuenta en su entorno. Otras estrategias empleadas son la proyección, en la que el manipulador miente, pero, en vez de asumir culpa, acusa constantemente a la víctima de mentir; y el stonewalling, cuando el gaslighter se convierte en un "muro de piedra" e ignora a la víctima por completo, con su silencio o su actitud, como forma de castigo. - Abstención. Todo esto conduce a la etapa en la que el manipulador "descarta" a la víctima y directamente evita la interacción con ella, fenómeno conocido como ghosting (anglicismo proveniente de la palabra ghost, fantasma), en el que el gaslighter desaparece o se esfuma sin dar explicaciones.
¿El resultado? La víctima, que duda estar en su sano juicio, no confía en su propio criterio, y carga con sentimientos de culpabilidad y arrepentimiento. Según la socióloga Sweet (2019), la víctima puede desarrollar baja autoestima, ansiedad, estrés y hasta depresión.
Señales de alarma del gaslighting
A continuación, facilitaremos ejemplos de microagresiones cotidianas y recurrentes de los gaslighters, que facilitarán su detección.
- Lenguaje muy característico. Será acusatorio, despectivo e infundado. Buscará minimizar e invalidar la experiencia ajena y pintará de "dramática" o de "exagerada" a la víctima. Según la psicóloga Fuster, las frases más comúnmente usadas son: "te estás confundiendo otra vez", "es tu culpa", "necesitas ayuda" y "solo estaba bromeando".
- Estado de negación permanente. Evitará admitir su error, y siempre se escudará detrás del "no fue así" o "lo has interpretado mal", independientemente de que existan pruebas que demuestren lo contrario. El gaslighter insistirá en que quien se equivoca es la otra persona. Esta convicción en su propia mentira sembrará la duda en la víctima.
- Fomentar la inestabilidad emocional. Pasará de criticar y culpar a la víctima por todo ("tú siempre con lo mismo") a piropearla y chantajearla emocionalmente ("nadie te va a querer tanto como yo"), y así sucesivamente. De esta manera, lastimará con una mano, pero halagará con la otra. Esta montaña rusa emocional busca compensar un comportamiento tóxico con uno falsamente positivo y provocar un desgaste emocional y psicológico en la víctima.
- Aislar a la víctima. Manipulará el entorno y apartará a todos aquellos que puedan incriminarlo o destapar su mentira. Intentará poner a los familiares y amigos en contra de la víctima, utilizando la estrategia de hacerse el mártir. También mentirá a la víctima, alegando que sus seres queridos no hacen más que criticarle y menospreciarle. Esto propiciará que se desarrolle una codependencia tóxica entre el manipulador y su víctima que será perpetuada por el aislamiento social.
¿Cómo abandonar una relación donde existe una dinámica de gaslighting?
Si hemos sido capaces de detectar que nos están haciendo gaslighting, debemos tomar cartas en el asunto inmediatamente. La estrategia ideal sería la de "poner tanta distancia como sea posible", según la psicóloga Sarkis. Sin embargo, esto a veces no es tan sencillo o no es lo deseado. Incluso, puede darse el caso de que el perpetrador no sea consciente de su comportamiento y del daño que está causando. Sarkis también indica que, igual que un gaslighter aprendió a relacionarse a través de comportamientos desadaptativos, también puede desaprenderlos o adquirir comportamientos nuevos que sean adaptativos y saludables.
En todo caso, a continuación proporcionamos una lista de recomendaciones y sugerencias para actuar ante una relación de gaslighting:
- Registra la información: algo tan sencillo como mantener un registro de las interacciones o transcribir las emociones y experiencias puede brindar paz mental y puede evitar que se desarrolle una disonancia cognitiva o conflicto interno entre los pensamientos y las emociones.
- Establece límites: si una situación causa mucho malestar, se puede pausar y retomar en otro momento o alejarse definitivamente de ella. En este sentido, es importante resaltar que la dignidad de todo ser humano debe ser respetada y es nuestro deber velar por el respeto hacia nosotros mismos.
- Evita la codependencia: ya sea en pareja, entre amigos o familiares, una relación codependiente no es saludable. La relación más duradera de cada ser humano será consigo mismo y es la que hay que cuidar. Debemos asumir y aceptar que nuestra felicidad dependerá únicamente de nosotros y, por ende, velar por nuestro bienestar general debe ser una prioridad.
- Trabaja la autoestima: una forma de silenciar esa voz interna negativa es por medio de la reestructuración cognitiva. A través de esta técnica, buscamos estructurar el pensamiento negativo y cambiarlo por uno positivo. Por cada idea intrusiva y repentina ("mis emociones son exageradas"), debemos proporcionar un pensamiento alternativo que sea positivo ("mis emociones son válidas").
- Busca apoyo en los seres queridos: los amigos y familiares podrán brindar otra perspectiva sobre lo que está sucediendo y confort en momentos de dificultad. Es importante no huir de estas interacciones y permitirnos ser vulnerables con ellos.
- Pide ayuda: un psicólogo ayudará a lidiar con esta situación conflictiva, y te proporcionará las herramientas necesarias para sobrellevar y superar los obstáculos y las secuelas que derivan de ella.
Durante mucho tiempo se negó la existencia del gaslighting, pero la literatura y el tiempo han demostrado lo contrario. Existe, está muy presente en nuestra sociedad y, muy a menudo, pasa desapercibido. Sin embargo, ahora que conoces sus tres etapas (idealización, devaluación y abstención) y cuentas con varios ejemplos ilustrativos, será más fácil que puedas detectarlo y que evites ser una víctima de este maltrato psicológico.
En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.
Fuentes de consulta
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